Los deberes, el lío de cada verano

Debate. Profesionales y padres opinan sobre la conveniencia de que los niños hagan tareas en vacaciones

22 julio 2018 17:59 | Actualizado a 22 julio 2018 18:14
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Deberes en verano, ¿sí o no? Esta es una cuestión que aborda a padres y madres cada verano y que genera muchas controversias y opiniones dispares. En este debate hay tanto especialistas como padres que defienden el derecho a un verano sin deberes, y otros que alegan la necesidad de continuar ejercitando la mente de los pequeños para que no pierdan la costumbre durante estos meses.

Maribel Martín de Rosales, directora de Desarrollo de los centros de aprendizaje Kumon España, opina que «igual que los deportistas deben entrenarse para mantener su cuerpo en forma y estar preparados para sus competiciones, los niños también deben seguir ejercitando la mente para mantenerla en forma». Y añade que «el descanso tan merecido de los pequeños también es una oportunidad para estimular su inteligencia y desarrollar capacidades que les facilitarán la vuelta al cole». Aun así, también defiende que, cuando terminen los deberes, los pequeños deben disfrutar del tiempo libre con la familia o los amigos porque «la familia refuerza la motivación del alumno y favorece los hábitos más adecuados para el aprendizaje».

Para que las familias puedan estimular a sus hijos durante los meses de verano, los expertos recomiendan una serie de pautas. La primera consiste en plantear retos a los niños y animarles a ser constantes para que lo consigan. Facilitarles un ambiente tranquilo para que hagan los deberes es también un aspecto importante a tener en cuenta, así como orientarlos y corregirles cuando se equivocan. Completan la lista de consejos, elogiar el esfuerzo de los niños y, como padres, no perder la actitud positiva.

Especialistas
Los expertos defienden el sí a las tareas de verano, aunque algunos de manera moderada y combinándolos con otras actividades.

El psicopedagogo Ramón Novella, de la Universidad Abat Oliba CEU, defiende que hay un término medio entre poner un exceso de deberes a los niños y que estoy tengan «niñeras digitales». «Durante las vacaciones deben aprovechar para descansar, pero también cambiar de actividades, ya que no es bueno no hacer nada», afirma. Así, los niños deberían hacer un cambio de aires respecto a las actividades escolares. Pero Novella no niega la presencia de deberes de verano, sino que defiende una cantidad moderada de estos. Lo que señala como tarea esencial es la lectura.

El Col·legi de Pedagogs de Catalunya ha publicado en un estudio que la conveniencia de hacer deberes de verano depende tanto del ámbito escolar como de los factores familiares que rodean al niño. De este modo, considera que los alumnos que van a pasar el siguiente curso sin dificultades, deberían estar libres de deberes. Aún así, argumentan que esto no significa ausencia de aprendizaje: recomienda que los niños aprovechen las posibilidades de su entorno desde un punto de vista pedagógico. Algunas actividades que recomiendan son visitar museos, conocer las costumbres locales, cuidar a las mascotas y el jardín, supervisar la nevera o practicar deporte. 

La opinión de las familias
Entre los padres predomina el sí a los deberes durante las vacaciones, pero con matices. Toni Jerez, que tiene una hija en tercero de primaria y un hijo en segundo de ESO, está a favor de que los profesores pongan tareas a sus hijos, siempre que se adapten al curso que realiza cada uno, aunque opina que a veces son demasiadas. En cambio, Javier Barbero, que tiene hijos en primero y cuarto de ESO, piensa que la cantidad de deberes es correcta, pero que el gran fallo que cometen los colegios es que no les enseñan a estudiar y les haría falta hacer más resúmenes y sintetizar.

En general, los padres son favorables a que sus hijos no desconecten del todo, pero con matices

Las familias con hijos más pequeños, cursando P5 o primero de primaria, también están a favor. Concretamente, Roger Tahull afirma que su hijo está muy contento cuando le mandan deberes, ya que estos consisten en recoger fotografías e imágenes, realizar collages con materiales o escribir lo que ha hecho durante las vacaciones de verano, por ejemplo. Por su parte, Goretti Alasa tiene un hijo en P5 al que no le han puesto deberes, pero a su hijo de un año más (que cursa primero de primaria) sí que le han puesto, aunque poca cantidad. «Aún así, a medida que se hagan mayores, les pondrán cada vez más faena», vaticina.

Tere Ruana defiende que su hija, de quinto de primaria, debe tener deberes pero siempre que estén relacionados con cosas que hayan hecho durante el curso. Cristina Pinilla, con una hija en sexto de primaria, defiende que los colegios deben poner deberes pero de manera controlada, ya que no tiene sentido que después de todo el curso los niños se pasen todo el verano haciendo deberes. Así, podrían disfrutar de las vacaciones a la vez que hacen un poco de deberes.

Ver amaneceres y hacer amigos

Aunque la mayoría de niños tienen que hacer los clásicos deberes de cuadernillos, hay algunos afortunados que reciben otro tipo de tareas menos convencionales. Estas suelen ser de carácter más creativo, para que los niños desarrollen otro tipo de conocimientos y habilidades. Como cuenta Álex, a su hija, que acaba de terminar sexto de primaria en el colegio César August de Tarragona, le han mandado actividades más sociales. Por ejemplo, algunas de estas son ver el amanecer, hacer amigos nuevos, aprender a jugar a algún juego de mesa, bailar, leer dos libros y sobre todo estar con la familia y amigos. Estas tareas no molestan a los niños con el constante incordio que les supone tener que hacer los deberes en época de vacaciones, sino que lo que hacen es transmitirles una serie de valores que, de la otra manera, no adquirirían.

Comentarios
Multimedia Diari