Los miembros de La Manada se declaran inocentes

Para los defensores de los cinco acusados de la violación de una joven en los sanfermines, la única intención de la chica al denunciar era recuperar los vídeos

29 noviembre 2017 09:40 | Actualizado a 29 noviembre 2017 09:56
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Los cinco miembros de La Manada aseguraron ayer que son «inocentes» de la presunta violación de la joven madrileña en la noche de 6 al 7 de julio de 2016. Por ello, durante la última sesión del juicio en la Audiencia de Navarra, hicieron el uso de su derecho a la última palabra para reiterar, uno tras otro, su «confianza en la justicia de esta sala». Con su testimonio se cerraba la última sesión del juicio en la que sus defensores negaron culpabilidades e intentaron justificar los hechos de que eran acusados sus clientes. «Las fiestas de San Fermín son un referente para los amantes del desenfreno etílico y sexual», dijo el abogado Jesús Pérez, para quien todo constituye «una especie de complot» para dar una lección ejemplarizante contra las agresiones sexuales. «Si ya había preocupación por la lacra de las agresiones sexuales, nada mejor que algo así para utilizar a cinco jóvenes sevillanos», apeló el abogado de otros tres acusados, Agustín Martínez Becerra. «El 7 de julio se dio la tormenta perfecta con mis defendidos en el centro». Unas afirmaciones que también corroboró el tercer abogado de los acusados, Manuel Canales.

Para los defensores de La Manada, la única intención de la chica era recuperar los vídeos que le habían grabado realizando unas prácticas sexuales. «Esta parte puede entender que se produce un malestar por una experiencia sexual primeriza y probablemente no satisfactoria», afirmó Jesús Pérez. Una aseveración reiterada por Martínez Becerra a la hora de hablar del estrés postraumático. «¿Cabe vincular ese estrés a un caso de agresión sexual o también a una experiencia sexual mantenida no suficientemente satisfactoria, de la que posteriormente se arrepintiera?», preguntó. 
Jesús Pérez trató de restar culpabilidad a los jóvenes al plantear que ante «la posibilidad de que al no usar preservativo, ella necesitara anticonceptivos», cuando, según apuntó, en Navarra no es necesario interponer denuncia para obtener la pastilla del día después. 

Siempre según la versión de los defensores, con la denuncia en la mano se activó el «complot» para mantener la inculpación. 

«Una vez que la denunciante es consciente de que se han hecho con sus teléfonos –los de los acusados– y de que los vídeos estaban neutralizados, no le dejaron retirar la denuncia», dijo Pérez.  

A partir de aquí, «comienza la caza de La Manada», espetó Martínez Becerra. «Todas las pruebas parten de la culpabilidad, para llegar a la conclusión de la culpabilidad». «Las pruebas de los peritos están contaminadas de un pecado original. Siempre parten de una agresión sexual». Y en esta línea, rechazó el informe realizado por la Policía Foral sobre los vídeos. «Todo es pura elucubración subjetiva», apreció el letrado, para quien tampoco fue correcto el informe psicológico o el expedido por los médicos que atendieron a la joven tras la supuesta agresión. «Si las relaciones hubieran sido consentidas, las lesiones habrían sido las mismas. Pero eso habría quedado francamente mal en el informe», dijo. 

«Imbéciles, pero buenos hijos»

Por todo ello, los abogados consideraron que «no ha quedado acreditado documentalmente la existencia de agresión sexual. Igual podría tratarse de una agresión sexual que de una relación consentida», aseguró Jesús Pérez.        

Además de apelar a los principios jurídicos sobre las dudas ante las pruebas presentadas, las defensas también abogaron por la vena sentimental. Y en este aspecto, Martínez Becerra tomó la iniciativa para decir que sus clientes «no son modelos de nada». «Incluso en muchos de sus actos se les puede tomar por imbéciles, patanes, infantiloides, primarios o simples. Pero son buenos hijos y algunos trabajan. No agredieron a nadie sexualmente. No deben estar un día más privados de libertad», planteó.

Minutos antes de las 15.45 del ayer, el presidente del tribunal, José Francisco Cobo, declaró el juicio visto para sentencia. Según fuentes jurídicas, todo apunta a que la sentencia no llegará antes de fin de año.

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