Más de 70 tarraconenses solicitan borrar sus datos de Ashley Madison

En la última semana la filtración de los perfiles de adúlteros desata la psicosis y da empleo a las firmas que trabajan con la privacidad en la red. Eliminar el rastro es una tarea muy compleja

19 mayo 2017 21:56 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:55
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Las filtraciones de la página web de contactos extramatrimoniales Ashley Madison han dejado a más de uno con el miedo en el cuerpo por ver delatado su perfil, algo que podría poner en peligro más de un matrimonio. De ahí que durante la última semana muchos se hayan interesado por darse de baja en la página de la polémica e incluso solicitar el borrado de su información, en el caso de que sea difundida y replicada por la red, donde de momento habita formando parte de un archivo de 9,7 Gigas descargable en páginas P2P. Más de 70 tarraconenses así lo han pedido a Eliminalia, una de las compañías expertas en el derecho al olvido.

Según la filtración, los datos de 15.093 usuarios de toda la provincia son accesibles en la world wide web. La mayoría de infieles (al menos, en potencia) se localizan en Tarragona (4.319), que supera con creces a Reus (2.582) y Tortosa (907) como población más adúltera. Hasta 72 municipios tarraconenses tenían usuarios.

Otras firmas como Bórrame confirman también el incremento de los últimos días. «Hemos recibido muchas solicitudes de cancelación, de gente que llama con una cierta desesperación, especialmente sensibilizados o preocupados», cuenta Manuel Moreno, el director de Bórrame.

 

‘Son víctimas’

Desde Voluntad Digital, Rosalía de la Cruz, socia y responsable del departamento jurídico, añade: «Hemos notado mucho interés, nos llegan consultas de la gente. Las personas afectadas están intentando entrar y cerrar su cuenta. Pero si no funciona el procedimiento o te lo deniegan, se ponen en contacto con nosotros».

Eliminalia ha ofrecido un servicio gratuito de ayuda a clientes afectados, que deben rellenar un formulario para solicitar apoyo respecto al borrado de datos. «Tenemos margen suficiente para atender estas peticiones de forma desinteresada, más que nada porque hemos considerado que la filtración es un ataque ciberterrorista. Internet tiene que ser un sitio libre y seguro, así que a los usuarios de Ashley Madison los consideramos víctimas», cuentan fuentes de la empresa.

 

Una labor difícil

Sin embargo, la tarea de borrar el rastro, en el caso de que se vayan difundiendo datos por internet, no se antoja sencilla. El abogado Luis Gervas, coordinador del Código del Derecho al Olvido publicado por el BOE, y responsable de Salirdeinternet.com, también indica que su empresa ha recibido peticiones para retirar datos. «Los clientes de Ashley Madison no se deben llevar al engaño. Retirar sus datos completamente de la red es difícil y exigiría un seguimiento constante». Gervas arroja claves sobre la complejidad del proceso: «No se trata de un nombre que aparezca en una página española, se trata de un listado lamentablemente apetecible que se ha difundido en cientos de webs, sin que a muchas de ellas se les aplique la normativa europea».

Apunta Rosalía de la Cruz: «Nosotros podemos intervenir una vez se replica la información concreta de una persona y se difunde por la web». Se requiere, eso sí, un seguimiento atento y continuo. «Los afectados deberán estar pendientes, en todo momento, de si aparecen sus datos en la red para intentar solucionarlo con las páginas que publican eso datos y con las que los difundan, con plataformas como Google, Facebook, Twitter...», dice Gervas: «Es dudoso que a Ashley Madison se le aplique la normativa española de privacidad, así que el panorama al que se enfrentan los afectados no se va a solucionar en un mes ni de forma sencilla».

Algunas empresas admiten que darse de baja de webs como Ashley Madison puede ser más complicado de lo que parece. «De entrada, la información que corre por internet no se puede cancelar. No está a la vista. Permanece en un archivo. Pero muchos sí que acuden a nosotros porque tienen problemas para darse de baja. Este tipo de compañías no desean perder la información del cliente, porque es su gran valor. Nunca está claro el proceso de darse de baja ni si esos datos se van a eliminar por completo. Nosotros lo hacemos a través de un procedimiento legal que lo asegure», cuenta Manuel Moreno.

 

Actuación preventiva

El riesgo, ahora mismo, se mantiene latente. «Mucha gente se ha descargado esa base de datos. Cuando eso sea público y se indexe, entonces sí se podrá actuar contra el responsable que haya publicado esa información, o incluso contra el buscador en cuestión», apunta Moreno. Durante esta última semana, la filtración de la web por excelencia de las infidelidades ha destapado el temor a que algo similar suceda con otras plataformas de contactos, y de ahí que exista gente que se haya interesado en borrarse de páginas como Badoo o Meetic, según cuentan algunas compañías que trabajan con el llamado ‘derecho al olvido’ en internet.

Otras actuaciones pueden ser, de momento, preventivas. «Incluso cuando no podemos dar una solución inmediata caben actuaciones preventivas, como poner alertas o hacer campañas de reputación ‘on line’, o que no aparezca tu nombre en las primeras posiciones de las búsquedas», desgrana Manuel Moreno.

La firma ePrivacidad desgrana la casuística con la que se encuentra estos días. «Hemos recibido un gran número de peticiones de gente, el 100% de ellos varones. Quieren eliminar lo antes posible cualquier información vinculada con su correo electrónico. Hay algunos que quieren la intervención para antes de un minuto y otros tienen más paciencia, se les explica que se puede tardar más tiempo», cuenta uno de los socios, Samuel Parra.

 

La difusión, complicada

La psicosis se ha desatado pese a que la lectura y difusión de los datos no son tareas sencillas. El peligro, sin embargo, habita en otro lugar. «Los datos como el mail no han trascendido a los buscadores. No hay información que pueda subirse de forma automática. Hay que descargarse el archivo y después utilizar herramientas para leer esas bases de datos y, en último término, subirlos a la red, pero es tal la cantidad de información que no lo puedes hacer en una tabla, por ejemplo. El temor está en esas páginas web que han surgido para comprobar si tu correo está en ese gran fichero filtrado», cuenta Samuel Parra.

Hoy por hoy, esa es la única manera del usuario común de ‘descubrir’ de forma sencilla si alguien (generalmente, la pareja) ha sido usuario de Ashley Madison. Solicitar la retirada de un mail para que no aparezca en esas búsquedas es, asimismo, una labor compleja, a veces por la dificultad de detectar a la empresa que se esconde tras esa aplicación ofrecida en la red. Luego, si con el paso de los días la información se difunde, las compañías dedicadas al derecho al olvido deberán trabajar para eliminar ese rastro, algo también laborioso.

Las filtraciones de la página web de contactos extramatrimoniales Ashley Madison han dejado a más de uno con el miedo en el cuerpo por ver delatado su perfil, algo que podría poner en peligro más de un matrimonio. De ahí que durante la última semana muchos se hayan interesado por darse de baja en la página de la polémica e incluso solicitar el borrado de su información, en el caso de que sea difundida y replicada por la red, donde de momento habita formando parte de un archivo de 9,7 Gigas descargable en páginas P2P. Más de 70 tarraconenses así lo han pedido a Eliminalia, una de las compañías expertas en el derecho al olvido. 
Según la filtración, los datos de 15.093 usuarios de toda la provincia son accesibles en la world wide web. La mayoría de infieles (al menos, en potencia) se localizan en Tarragona (4.319), que supera con creces a Reus (2.582) y Tortosa (907) como población más adúltera. Hasta 72 municipios tarraconenses tenían usuarios. 
Otras firmas como Bórrame confirman también el incremento de los últimos días. «Hemos recibido muchas solicitudes de cancelación, de gente que llama con una cierta desesperación, especialmente sensibilizados o preocupados», cuenta Manuel Moreno, el director de Bórrame. 
‘Son víctimas’
Desde Voluntad Digital, Rosalía de la Cruz, socia y responsable del departamento jurídico, añade: «Hemos notado mucho interés, nos llegan consultas de la gente. Las personas afectadas están intentando entrar y cerrar su cuenta. Pero si no funciona el procedimiento o te lo deniegan, se ponen en contacto con nosotros». 
Eliminalia ha ofrecido un servicio gratuito de ayuda a clientes afectados, que deben rellenar un formulario para solicitar apoyo respecto al borrado de datos. «Tenemos margen suficiente para atender estas peticiones de forma desinteresada, más que nada porque hemos considerado que la filtración es un ataque ciberterrorista. Internet tiene que ser un sitio libre y seguro, así que a los usuarios de Ashley Madison los consideramos víctimas», cuentan fuentes de la empresa. 
Una labor difícil
Sin embargo, la tarea de borrar el rastro, en el caso de que se vayan difundiendo datos por internet, no se antoja sencilla. El abogado Luis Gervas, coordinador del Código del Derecho al Olvido publicado por el BOE, y responsable de Salirdeinternet.com, también indica que su empresa ha recibido peticiones para retirar datos. «Los clientes de Ashley Madison no se deben llevar al engaño. Retirar sus datos completamente de la red es difícil y exigiría un seguimiento constante». Gervas arroja claves sobre la complejidad del proceso: «No se trata de un nombre que aparezca en una página española, se trata de un listado lamentablemente apetecible que se ha difundido en cientos de webs, sin que a muchas de ellas se les aplique la normativa europea». 
Apunta Rosalía de la Cruz: «Nosotros podemos intervenir una vez se replica la información concreta de una persona y se difunde por la web». Se requiere, eso sí, un seguimiento atento y continuo. «Los afectados deberán estar pendientes, en todo momento, de si aparecen sus datos en la red para intentar solucionarlo con las páginas que publican eso datos y con las que los difundan, con plataformas como Google, Facebook, Twitter...», dice Gervas: «Es dudoso que a Ashley Madison se le aplique la normativa española de privacidad, así que el panorama al que se enfrentan los afectados no se va a solucionar en un mes ni de forma sencilla».
Algunas empresas admiten que darse de baja de webs como Ashley Madison puede ser más complicado de lo que parece. «De entrada, la información que corre por internet no se puede cancelar. No está a la vista. Permanece en un archivo. Pero muchos sí que acuden a nosotros porque tienen problemas para darse de baja. Este tipo de compañías no desean perder la información del cliente, porque es su gran valor. Nunca está claro el proceso de darse de baja ni si esos datos se van a eliminar por completo. Nosotros lo hacemos a través de un procedimiento legal que lo asegure», cuenta Manuel Moreno. 
Actuación preventiva
El riesgo, ahora mismo, se mantiene latente. «Mucha gente se ha descargado esa base de datos. Cuando eso sea público y se indexe, entonces sí se podrá actuar contra el responsable que haya publicado esa información, o incluso contra el buscador en cuestión», apunta Moreno. Durante esta última semana, la filtración de la web por excelencia de las infidelidades ha destapado el temor a que algo similar suceda con otras plataformas de contactos, y de ahí que exista gente que se haya interesado en borrarse de páginas como Badoo o Meetic, según cuentan algunas compañías que trabajan con el llamado ‘derecho al olvido’ en internet. 
Otras actuaciones pueden ser, de momento, preventivas. «Incluso cuando no podemos dar una solución inmediata caben actuaciones preventivas, como poner alertas o hacer campañas de reputación ‘on line’, o que no aparezca tu nombre en las primeras posiciones de las búsquedas», desgrana Manuel Moreno.
La firma ePrivacidad desgrana la casuística con la que se encuentra estos días. «Hemos recibido un gran número de peticiones de gente, el 100% de ellos varones. Quieren eliminar lo antes posible cualquier información vinculada con su correo electrónico. Hay algunos que quieren la intervención para antes de un minuto y otros tienen más paciencia, se les explica que se puede tardar más tiempo», cuenta uno de los socios, Samuel Parra. 
La difusión, complicada
La psicosis se ha desatado pese a que la lectura y difusión de los datos no son tareas sencillas. El peligro, sin embargo, habita en otro lugar. «Los datos como el mail no han trascendido a los buscadores. No hay información que pueda subirse de forma automática. Hay que descargarse el archivo y después utilizar herramientas para leer esas bases de datos y, en último término, subirlos a la red, pero es tal la cantidad de información que no lo puedes hacer en una tabla, por ejemplo. El temor está en esas páginas web que han surgido para comprobar si tu correo está en ese gran fichero filtrado», cuenta Samuel Parra.
Hoy por hoy, esa es la única manera del usuario común de ‘descubrir’ de forma sencilla si alguien (generalmente, la pareja) ha sido usuario de Ashley Madison. Solicitar la retirada de un mail para que no aparezca en esas búsquedas es, asimismo, una labor compleja, a veces por la dificultad de detectar a la empresa que se esconde tras esa aplicación ofrecida en la red. Luego, si con el paso de los días la información se difunde, las compañías dedicadas al derecho al olvido deberán trabajar para eliminar ese rastro, algo también laborios
 

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