Merkel defiende el endurecimiento de la ley de asilo para ganar votos

Las urnas evalúan la pujanza del populismo de Alternativa para Alemania, apoyado en la crisis de los refugiados

19 mayo 2017 19:59 | Actualizado a 21 mayo 2017 21:15
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Las elecciones en tres estados federados alemanes evaluarán hoy la fortaleza de los partidos de la gran coalición que lidera Angela Merkel en Berlín y la pujanza del populismo de Alternativa para Alemania, apoyado en la crisis de los refugiados.

Con casi trece millones de ciudadanos llamados a las urnas en Baden-Württemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt, se trata de la primera cita electoral de calado desde las generales de 2013.

Tras la llegada al país de cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo el año pasado, la crisis de los refugiados centra el debate político y social y ha monopolizado también una larga campaña que Merkel cerró ayer en el «Land» (estado federado) de Baden-Württemberg.

La canciller defendió su gestión y la apertura de las fronteras el año pasado ante el drama humanitario que se vivía en Hungría y también el giro de los últimos meses, con el endurecimiento de las leyes de asilo y el acuerdo negociado entre la Unión Europea (UE) y Turquía para frenar la llegada de más solicitantes.

Merkel ratificó también su promesa de agilizar la expulsión de quien no tenga derecho a asilo: «Debéis abandonar nuestro país», «habéis perdido vuestro tiempo», afirmó a los miles de inmigrantes ilegales que siguen llegando a Alemania.

Manifestación ultra

Cerca de 3.000 ultraderechistas se manifestaron ayer en las cercanías de la Cancillería en Berlín para exigir la salida de Angela Merkel y «liberar» así a Alemania de la que denominaron «invasión» de refugiados e inmigrantes.

«Merkel debe irse» y «Nosotros somos el pueblo», fueron los lemas más coreados durante su marcha en dirección a la emblemática Puerta de Brandeburgo, rodeados por un gran dispositivo policial para evitar enfrentamientos con otras dos protestas convocadas por fuerzas de izquierdas bajo el lema «Nazis fuera».

Con banderas alemanas y muchos ocultos bajo capuchas y bufandas, los manifestantes, autodenominados «patriotas», tacharon de «traidor» al Gobierno de Merkel y reclamaron el fin de la política de asilo y refugio y de la «islamización» del país.

En París, el presidente de Francia, François Hollande, aseguró que no piensa hacer «ninguna concesión» a Turquía en materia de derechos humanos o de visados, a cambio de que este país controle la entrada de inmigrantes y refugiados en la Unión Europea (UE).

Tras reunirse en el Palacio del Elíseo con una quincena de líderes socialdemócratas, entre ellos el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, Hollande recordó que es «urgente» afrontar la crisis ante la masiva llegada de refugiados a Europa.

Alertó de que, ante los principales desafíos en el horizonte, el mayor riesgo es que cada vez sea más difícil establecer una «voluntad política común» entre los países europeos.

La ‘oferta’ de Rajoy

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, remitió ayer una carta al líder del PSOE, Pedro Sánchez, en la que le ofrece consenso ante el debate en la UE sobre los refugiados pero le insta a excluir «esta grave crisis humanitaria del debate político partidista».

Rajoy responde así a la carta que a su vez le envió el viernes Sánchez exigiéndole que compareciera en el Congreso ante el Consejo Europeo de la próxima semana en el que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han de adoptar una decisión sobre los refugiados que intentan llegar a la UE vía Turquía.

En su larga misiva, el jefe del Ejecutivo recuerda al secretario general del PSOE que aún no hay ningún acuerdo con Turquía y le explica que lo que se ha planteado pretende disuadirles de que pongan en peligro su vida y frenar a las mafias que trafican con ellos.

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