'Mientras dure la guerra': vencer y convencer

La Guerra Civil. Alejandro Amenábar vuelve por el camino del cine histórico con este elogio a la equidistancia intelectual de Unamuno

25 septiembre 2019 18:40 | Actualizado a 25 septiembre 2019 19:03
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Alejandro Amenábar redescubre aspectos poco conocidos de los comienzos de la Guerra Civil y a la vez lanza un aviso sobre el actual «repunte del fascismo», como él mismo asegura, en Mientras dure la guerra, su vuelta al cine español tras su periplo internacional. Atrás deja largometrajes  como Regresión (2015) y Ágora (2009) o cortos de anuncios para televisión como Vale (2015) -para una marca de cervezas- o Danielle (2017) -para promocionar la Lotería de Navidad-, Amenábar  ha recurrido a abundantes fuentes documentales para ser fiel a los hechos, especialmente ese episodio del Día de la Raza, cuando Miguel de Unamuno se enfrentó públicamente al general Millán Astray.

 La película se centra en la turbulencia interior con que vivió el célebre escritor de Niebla, Paisajes del alma o La tía Tula  (interpretado por Karra Elejalde), por entonces rector de la Universidad de Salamanca y en cómo pasó de apoyar la sublevación, desengañado de la Segunda República, a enfrentarse públicamente a los golpistas con aquel famoso «Venceréis pero no convenceréis». 

La acción transcurre en el verano de 1936 en España, cuando Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la rebelión militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector universitario. Mientras tanto, el general Franco consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una campaña para hacerse con el mando único de la guerra. La deriva sangrienta del conflicto y el encarcelamiento de algunos de sus compañeros hacen que Unamuno empiece a cuestionar su postura inicial y a sopesar sus principios. Cuando Franco traslada su cuartel a Salamanca y es nombrado jefe del Estado de la zona nacional, Unamuno acudirá a su palacio, decidido a hacerle una petición de clemencia.

Quizá la parte más interesante del filme es el relato de cómo Franco -interpretado por Santi Prego- accedió al poder, lo que el director llama «el golpe a los golpistas». A ese hecho alude el propio título del filme. La frase «mientras dure la guerra» figuraba en un documento firmado por el bando nacional al comienzo del conflicto para dar el poder a Franco solo con carácter temporal, pero desapareció misteriosamente. Amenábar retrata a Franco como un tipo apocado y tímido, una ‘mosquita muerta’ con ambición y un gran tesón. Su figura y lo que vendría después ya es historia.

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