Muere una joven de 20 años tras ser apuñalada por su expareja

La vecina de Cartagena Rosa María V. P., había denunciado sólo unas horas antes a su agresor por acoso

26 septiembre 2017 09:17 | Actualizado a 26 septiembre 2017 09:26
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Tenía toda la vida por delante, pero a sus 20 años el que fuera su expareja sentimental  durante un tiempo se la arrebató sin mediar palabra, de varias puñaladadas. Rosa María V.P., cartagenera, murió este lunes al mediodía por las cuchilladas presuntamente asestadas por Adrián S. C, malagueño de 22 años, en el domicilio de la joven, en la pedania Canteras (Murcia).

El supuesto homicida,  que horas antes habia sido denunciado por acoso por la joven asesinada, fue detenido poco después por efectivos de la Policía Local de Cartagena tras haberse escondido en una vivienda contigua a la de los hechos cuando intentaba huir. Es la víctima número tres de violencia machista en la Región de Murcia y la 37 de España. Las primeras investigaciones indican que Adrián S. C. había vuelto a Cartagena para intentar retomar la relación sentimental con Rosa María  V.P. Esta se había negado en los últimos días en varias ocasiones y tras la insistencia del joven, la chica decidió a presentar una denuncia. Lo hizo ayer por la mañana en el cuartel de la Guardia Civil de Cartagena, porque se sentía acosada, según fuentes cercanas a al investigación. 

El agresor accedió al domicilio de la víctima a través de la puerta del balcón trasero

En ese momento estuvo acompañada por su padre, trabajador de la construcción en La Zenia, Alicante. La joven volvió sola a su domicilio y al entrar a su casa se encontró a su agresor, que había accedido al domicilio a través de la puerta del balcón trasero con ayuda de una escalera que había comprado momentos antes en una ferretería, junto a dos cuchillos.

Tras una fuerte discursión, Adrián S. C. presuntamente le asestó, primero una cuchillanda en el pecho, muy cerca del corazón, indicaron fuentes de la investigación. La segunda se la dio en el cuello, cuando la fallecida ya estaba tirada en el suelo.

Los gritos de ambos fueron escuchados por los abuelos de Rosa María. Estos vivien junto a la vivienda de la agredida. Tras llamar en varias ocasiones la puerta y pedir que se la abrieran, volvieron a su domicilio y cogieron una llave. Con ella abrieron la puerta yencontraron que su nieta estaba tendida en el suelo.     

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