Oleada de atentados en Túnez, Francia y Kuwait en pleno ramadán

Hollande descarta conexiones entre los atentados en el país norteafricano y cerca de Lyon

19 mayo 2017 22:28 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:03
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Una oleada de atentados sacudió hoy tres continentes con una balance provisional de más de 50 muertos, después de que hace cuatro días el grupo terrorista Estado Islámico (EI) instara a los musulmanes a llevar a cabo ataques con motivo del mes de ayuno del ramadán.

Túnez, Francia y Kuwait fueron hoy los objetivos de supuestos ataques terroristas y fue el país norteafricano el que sufrió el ataque más sangriento, con al menos 37 muertos y seis heridos en un asalto contra hoteles en la localidad turística de Susa, al sur de la capital, informó el ministro de Sanidad de Túnez, Said Aidi. En declaraciones a los medios, Aidi dijo que, además, hay 36 heridos y, entre ellos, "dos o tres turistas se encuentran en un estado crítico", mientras que "otros ocho necesitan seguimiento médico". El titular de Sanidad agregó que "no hay una idea precisa sobre la nacionalidad de las víctimas".

Uno de los presuntos autores del atentado falleció en un tiroteo con la policía y, según el secretario de Estado de Interior de Túnez, Rafik Chailey, era un estudiante de la ciudad santa de Qairauán, en el centro del país y muy próxima a Susa, no conocido en medios policiales. Chailey indicó que un segundo presunto atacante fue detenido a un kilómetro de la zona hotelera, después de conseguir huir en un primer momento, mientras que otras fuentes hablan de un segundo arrestado en relación al atentado.

Los hechos ocurrieron cuando hombres armados penetraron en el recinto del hotel "Imperial Marhaba", de la cadena española Riu, al parecer desde el vecino "Muradi Palm Marinay", y abrieron fuego de forma indiscriminada contra las personas que estaban en la playa. En las imágenes que muestra la cadena de televisión tunecina TNN, se ve la zona de playa con cadáveres cubiertos con toallas de hotel y numerados, en bañador, sobre la arena y bajo las sombrillas, donde las víctimas fueran sorprendidas en el momento del ataque. Este atentado se produce tres meses después de que una veintena de extranjeros murieran en marzo en la capital tunecina en el atentado yihadista contra el museo del Bardo.

 

Decapitación

Pero no ha sido el único atentado en un día que comenzó con el hallazgo en el sureste de Francia de un hombre decapitado a la entrada de una fábrica en la que se produjo una explosión por la colisión de un vehículo contra varias bombonas de gas.

Al menos dos personas resultaron heridas en este atentado, cometido presuntamente por Yasin Sali, de 35 años y vinculado a movimientos salafistas, razón por la que fue vigilado por los servicios de inteligencia franceses de 2006 a 2008. Sali fue detenido por un bombero cerca del lugar del atentado, en el que se hallaron banderas supuestamente islamistas. El sospechoso trabajaba como chófer en una empresa de reparto, según confirmó su esposa y madre de sus tres hijos a la emisora de radio francesa "Europe 1", antes de ser detenida por la policía. El vehículo con el que el supuesto terrorista entró para atentar en la fábrica de Air Products, en Saint-Quentin Fallavier, cerca de Lyon, estaba autorizado para entrar en la empresa, por lo que no levantó sospechas.

El hombre decapitado hallado en la fábrica era el gerente de la empresa de reparto en la que trabajaba el supuesto autor del crimen, informaron fuentes cercanas a la investigación.

Tras producirse el atentado, el presidente francés, François Hollande, abandonó el Consejo Europeo en Bruselas para volver a París y convocar en el Elíseo una reunión del Consejo Restringido de la Defensa. "La intención del hombre era provocar una explosión y no hay duda que se trata de un ataque de naturaleza terrorista, dado que además ha sido encontrado un cadáver decapitado con inscripciones", explicó Hollande en conferencia de prensa antes de trasladarse a París. Hollande expresó además el apoyo de su país a su homólogo tunecino, Beji Caid Essebsi, y acordó reforzar la colaboración bilateral contra el terrorismo.

Hollande descartó que haya vínculos entre los atentados que tuvieron lugar hoy en el este de su país y en Túnez, más allá del hecho de que ambos sean actos terroristas. El presidente francés, que reunió un Consejo de Seguridad en el Elíseo pocas horas después del atentado que tuvo lugar en una fábrica del este de Francia, afirmó que se ha decretado el máximo nivel de alerta antiterrorista en la región Rhone-Alpes para los próximos tres días.

 

25 muertos en Kuwait

Y el tercer objetivo de los terroristas hoy fue Kuwait, donde el grupo yihadista Estado Islámico (EI) asumió la autoría de un atentado perpetrado contra una mezquita chií en la capital kuwaití, que ha causado 27 muertos y 227 heridos.

El ataque, lanzado por un terrorista suicida, sorprendió a los creyentes de esta rama del islam que participaban en la oración del mediodía del viernes, el principal rezo de la semana y el más concurrido entre los musulmanes, especialmente en el mes sagrado de Ramadán. El emirato de Kuwait, situado en el golfo Pérsico, cuenta con unos cuatro millones de habitantes, el 92 por ciento de los cuales profesan el islam. De ellos, el 30 por ciento pertenece a la minoría chií, mientras que el resto son musulmanes suníes.

En el comunicado difundido por los yihadistas del EI, se acusa a los chiíes de promover el politeísmo y de intentar extender su ideología entre los suníes, credo al que pertenecen los seguidores del grupo extremista. La televisión oficial kuwaití, por su parte, ha entrevistado y tomado declaraciones de jeques de ambas comunidades, que no han dudado en condenar lo sucedido y en llamar a la unidad de los ciudadanos de ambos credos. Por su parte, el Ministerio de Interior ha calificado lo ocurrido de "crimen cobarde" y ha insistido en su compromiso de detener a los culpables y presentarlos ante la justicia lo antes posible. El Ministerio también ha subrayado que el objetivo del ataque es "desgarrar la unidad nacional" de este emirato.

Varias páginas de información kuwaití han mostrado imágenes captadas por las cámaras de seguridad de cómo el supuesto terrorista entra en el templo antes de detonar la carga que lleva oculta. El supuesto terrorista va ataviado con una túnica tradicional y atraviesa el edificio cuando ya todos los creyentes se encuentran en la gran sala de oración, que también sufrió numerosos destrozos.

Esta es la segunda vez en poco más de un mes que el EI, que incluso considera infieles a los musulmanes suníes que no comparten su misma interpretación rigorista del islam, atenta contra la minoría chií en el golfo Pérsico. El pasado 22 de mayo, el EI asumió la autoría de un atentado suicida contra otra mezquita chií en la población saudí de Al Qadih, en el este de Arabia Saudí, donde murieron una veintena de personas y un centenar resultaron heridas. Al igual que hoy, entonces los terroristas eligieron la oración del mediodía del viernes, para intentar matar al mayor número posible de personas. La conmoción mostrada hoy por distintas personalidades religiosas en el país es aún mayor, por tratarse del mes sagrado de Ramadán, celebrado indistintamente por las diferentes ramas del islam.

A pesar de su carácter sagrado, los grupos radicales islámicos en distintos países suelen elegir esta época del año para redoblar sus ataques. En una grabación de audio, el portavoz de la agrupación yihadista, Abu Mohamed al Adnani, animó a sus seguidores a realizar "conquistas en este mes sagrado y a exponerse al martirio", porque, según dijo, "la yihad en ramadán no es como en otros meses". En su alocución, Al Adnani instó a los creyentes a convertir este mes en "una calamidad para los infieles", entre los que citó a los cristianos, a los chiíes y a los que denominó "musulmanes apóstatas".

El vicesecretario de Interior kuwaití, Suleiman Al Fahd, mostró ayer en declaraciones recogidas por los medios nacionales su preocupación por la situación de la seguridad en la región. Al Fahd anunció que se habían tomado medidas de prevención para evitar cualquier eventualidad como consecuencia de la inestabilidad que azota a su vecino Irak y a Siria, donde el EI declaró hace casi un año un califato en el que impone su ley a hierro y fuego.

 

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