Podemos envía una carta al PSOE para que apoye la moción

Pablo Iglesias mantiene la presión sobre un PSOE inmerso en sus primarias para elegir nuevo líder. Tras el rechazo frontal de los socialistas a secundar la moción de censura que Unidos Podemos planteó el pasado jueves en el Congreso, el líder morado anunció ayer su intención de enviar una carta a la gestora para que reconsidere su decisión y se siente a hablar con ellos. Quiere que los socialistas «reflexionen» y dejen de pensar en su partido y en las primarias, para pensar «un poco más en España».

Iglesias ya admitió el pasado viernes, viendo el rechazo, que estaría dispuesto a asumir un candidato a presidente propuesto por el PSOE. Los socialistas salieron en tromba a señalarle que esa posibilidad ya estuvo sobre la mesa en las negociaciones tras el 20-D y que entonces votó ‘no’ en la investidura de Pedro Sánchez. El propio exsecretario general se lo recordó ayer de nuevo y acusó al politólogo de ser un «‘sparring’ para Mariano Rajoy». «Esa es la diferencia entre él y nosotros», remachó.

Los otros dos precandidatos a las primarias también se mostraron críticos con la iniciativa morada. Susana Díaz recordó que el Primero de Mayo «es mucho más importante que hablar del señor Iglesias y de su propio ego». Mientras que Patxi López acusó al secretario general de Podemos de ser «el mejor aliado de Rajoy» al evitar con su moción «fantasma» que se hable de la corrupción del Partido Popular.

Una moción de censura que sigue sin fecha clara. Aunque Iglesias y los suyos consideran que es «urgente» registrarla, alegan que deben hablar todavía con el resto de grupos y con asociaciones de la sociedad civil. Una vez la presenten, el Congreso convocará un pleno en cinco días, al que Unidos Podemos debe llevar una candidatura alternativa a la presidencia del Gobierno. La idea que manejan desde la dirección es que sea alguien sin escaño en la Cámara, sin protagonismo político pero con prestigio social y que sea independiente.

Por su parte, Iglesias, afirmó ayer que el PP es el partido «más corrupto de Europa» y una «amenaza para el derecho de los trabajadores y la democracia».