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Después del enésimo toma y daca, amagos de boicot, división entre socios y muchos recelos entre ambas partes, la mesa del diálogo entre el Gobierno central y el de la Generalitat se reunirá el próximo miércoles día 26. No será, por tanto, el lunes 24 como propuso en un primer momento la Moncloa. El presidente del Gobierno cedió a las exigencias del president Quim Torra y aceptó cambiar la fecha en aras de acudir a la cita con el «mejor de los espíritus». «El Gobierno tiene la voluntad sincera de dialogar y de acordar», subrayó Pedro Sánchez en una carta remitida al president.
Era la respuesta a la misiva que había enviado Quim Torra a primera hora, en la que trasladaba a Sánchez que el encuentro no podría ser el día 24, le reprochaba que el diálogo no empezara con «buen pie» y le proponía cinco fechas alternativas, todas dentro del mes de febrero.
Tras el intercambio epistolar, la Moncloa y el Palau de la Generalitat acordaron que sería el miércoles. «Nos parece perfecto poder convocar la primera sesión de la mesa de diálogo el próximo miércoles 26 de febrero por la tarde, en el Palacio de la Moncloa», respondía Sánchez.
Era la repuesta que quería el Palau de la Generalitat tras su enfado al entender que la Moncloa había decidido de forma unilateral la fecha del 24 de febrero. En el fondo, Torra y JxCat estaban con la mosca detrás de la oreja, pues sospechaban que el Gobierno había pactado la reunión con ERC y que ambos buscaban que desde la Generalitat se «boicoteara» el encuentro para que Torra quedara como el no dialogante.
El president de la Generalitat también se ha visto obligado a ceder. Torra amenazó con no ir a la reunión si el Gobierno no se avenía a aceptar la figura de un mediador, extremo a día de hoy inviable para Madrid. El president de la Generalitat no renuncia al relator, pero ahora lo incluye como uno de los puntos del orden del día de la reunión.
Negociación larga y prolongada
En su carta, avanzó Torra que defenderá en la mesa la autodeterminación, el «fin de la represión» y la amnistía, y entre las «condiciones» que, a su juicio, favorecerían la negociación, reclama un calendario, una «mediación internacional», y el «reconocimiento de todas las partes: incluyendo la prisión y el exilio».
Sánchez replicó desde Bruselas, donde asistió al Consejo Europeo, que lo lógico es empezar a hablar por los temas «más fáciles» de acordar y no por los asuntos de fondo, como pretende Torra con el referéndum. «No vamos a empezar por las conclusiones sino por las cuestiones en las que podamos estar más de acuerdo», afirmó el presidente del Gobierno. Sánchez pidió a Torra «generosidad, responsabilidad y altura de miras». «Es importante que abramos vías de diálogo entre los dos gobiernos y seamos conscientes de que vamos a una negociación larga y prolongada», avisó. Fuentes del Govern coinciden en que el diálogo será largo y complejo.
El vicepresident Pere Aragonès consideró por su parte «un paso importante» que se celebre la primera reunión de la mesa de diálogo, y afirmó que la propuesta de la Generalitat se basará en un referéndum de independencia y la amnistía para los presos. «Iremos con una propuesta clara. La solución política al conflicto que tenemos es un referéndum sobre la independencia de Catalunya y una amnistía para acabar con la represión», manifestó el dirigente republicano.»
