Sánchez ve a ERC como única vía para salvar su investidura

Adriana Lastra, que mantiene buena relación con Rufián, ha recibido la encomienda de tomar la temperatura a los grupos para ampliar el acuerdo entre el PSOE y Podemos

14 noviembre 2019 09:00 | Actualizado a 20 noviembre 2019 11:31
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Ni 48 horas ha durado la negativa del PSOE a contar con los independentistas para tratar de superar la investidura. Un día después de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sellaran con un abrazo en el Congreso su acuerdo para negociar un Gobierno de coalición, las miradas de los socialistas se han vuelto hacia Esquerra Republicana de Cataluya. «¿Qué otra opción tenemos?», dicen fuentes de la dirección, casi en tono de resignación. La vicesecretaria general del partido, Adriana Lastra, que mantiene buena relación con Gabriel Rufián, será la encargada de tomar la temperatura a los grupos. Ayer, de momento, ya empezó a hablar con Aitor Esteban, del PNV, y con Iñigo Errejón y Joan Baldoví, de Mes País y Compromís.

La tarea de convencer a los independentistas republicanos de una abstención no será sencilla. El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, puso el martes como condición, en una entrevista en Catalunya Ràdio, la creación de una mesa de negociación política «entre iguales» para discutir de todo, también, advirtió, del referéndum de autodeterminación. El pasado febrero, el Gobierno achacó precisamente a esa exigencia su decisión de dar por rotas las conversaciones abiertas en diciembre en Pedralbes y, unos días después, Sánchez, incapaz de sacar adelante los Presupuestos, adelantó las elecciones.

Aun así, en el PSOE creen que hay opciones de que su plan prospere porque desde ERC llegan señales de que al menos hay debate interno sobre el asunto. Ayer, el exportavoz del partido en el Congreso, Joan Tardà, escribió un artículo en El Periódico de Catalunya que lo avala. «Le toca al republicanismo profundizar en el diálogo y el no bloqueo en Madrid. Y en Catalunya -escribió-, liderar un frente amplio autodeterminista que negocie con el socialismo».

La propuesta obtuvo una rápida respuesta del presidente de su grupo en el Parlament, Sergi Sabrià: «Siempre es bueno leer a Joan Tardà, como importante es que todo el mundo sepa que expresa su opinión, no la de Esquerra Republicana». En el entorno de la formación secesionista admiten, sin embargo, que hay un sector del partido que desea que el PSOE les proporcione «una pista de aterrizaje» que haga digerible a sus bases una abstención después, dicen, de una campaña electoral «criminalizadora» por parte de Sánchez.

Aunque en el ánimo de ERC pesa que el Gobierno de coalición entre PSOE y Podemos es, desde su óptica, el mejor de los posibles y que una repetición de elecciones podría suponer dar una nueva oportunidad a PP y Vox, la competencia con JxCat, que ha subido un escaño, y las CUP que han logrado dos (los mismos que han caído ellos), condicionan sus movimientos. Sobre todo, porque se vislumbran elecciones en Cataluña en el plazo de pocos meses.

La apuesta por Esquerra también tensiona, por otro lado al PSOE. El lunes, tras la reunión de la ejecutiva en la que se tenían que analizar los resultados del domingo -y en línea con la dura campaña contra el secesionismo desplegada por Sánchez en el último mes y medio- el secretario de Organización socialista, José Luis Abalos, aseguró que se intentaría prescindir de los independentistas y que se haría lo posible por convencer a Ciudadanos de que apoyara la solución que pusiera Sánchez sobre la mesa. «Puede salir», adujo.

Poco ruido interno

Bastó que lo que queda del partido liberal dijera el martes que no pueden apoyar que Sánchez y Podemos «lleven las riendas del Gobierno de España» y que apelara a la «responsabilidad» para llegar a un acuerdo moderado con ellos y el PP, para que la dirección de los socialistas descartara definitivamente la vía del apoyo liberal. Pero barones como el extremeño Guillermo Fernández Vara dejaron claro hoy mismo que la opción de Esquerra no les gusta.

Nada invita a pensar, aun así, que vaya a generarse demasiado ruido interno. Los antiguos críticos con Sánchez hace mucho que no alzan la voz. «El ejército rojo sigue cautivo y desarmado», ironizaba esta semana un dirigente territorial. Vara, de hecho, responsabilizó al PP y Ciudadanos, y no a su partido, de que finalmente sea necesario pedir respaldo al secesionismo.

El preacuerdo alcanzado ayer entre PSOE y Unidas Podemos suma 155 diputados, por tanto, los socialistas necesitan incorporar los diputados de partidos pequeños y la abstención de los independentistas.

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