Se relaciona el TDAH con el consumo de sustancias adictivas

Favorece la predisposición a beber alcohol, fumar cannabis u otros componentes

04 marzo 2019 11:39 | Actualizado a 04 marzo 2019 11:42
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Variaciones en el gen LPHN3 -relacionado con el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en niños y adultos- podría favorecer la predisposición a consumir tabaco, alcohol, cannabis y otras sustancias adictivas, según un estudio. 

En el trabajo participan expertos del Institut de Biomedicina de la Universitat de Barcelona (Ibub), el Institut de Recerca Sant Joan de Déu, el Ciber de enfermedades raras (Ciberer), el Ciber de salud mental (Cibersam) y el Vall d’Hebron Institut. 

El estudio, liderado por investigadores de los Institutos Nacionales de Bethesda (Estados Unidos) y publicado en la revista Translational Psychiatry, se ha basado en cerca de 2.700 pacientes -niños, adolescentes y adultos- procedentes de Estados Unidos, Colombia y España, y contribuirá a facilitar nuevas herramientas genéticas que mejoren la prevención de conductas adictivas en las personas afectadas de TDAH. 

El TDAH es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes en la infancia y adolescencia y se caracteriza por la hiperactividad, la impulsividad y el déficit de atención. 

Uno de los genes relacionados con la susceptibilidad al TDAH es el gen LPHN3, que codifica la proteína latrofilina 3, una molécula relacionada con la formación de conexiones sinápticas entre determinados tipos de neuronas y, por tanto, «un buen candidato a tener relación con cualquier trastorno psiquiátrico», ha explicado Bru Cormand, de la UB. 

La conexión entre este gen y el TDAH es una de las mejor estudiadas en relación con la etiología de la enfermedad, y el LPHN3, además, tiene influencia sobre la respuesta de los pacientes a la medicación, el grado de severidad de la patología y la aparición de conductas disruptivas. 

En el estudio, los expertos han aplicado un método estadístico innovador -recursive-partitioning frameworks-, que integra información clínica, demográfica y genética sobre un trastorno concreto para predecir otro comórbido, como la adicción al tabaco, el alcohol, el cannabis, la cocaína o la marihuana, entre otros.

Las conclusiones apuntan que, dentro del grupo de afectados españoles por el TDAH, una variación concreta en el gen LPHN3 aumenta un 40% el riesgo de dependencia a la nicotina y, según los expertos, los resultados son similares en el caso del alcohol y las drogas ilegales, que se han estudiado de forma conjunta en la investigación. 

Los investigadores resaltan que no todos los afectados por TDAH manifiestan conductas de perfil adictivo en su vida: «Ahora sabemos que la genética tiene un papel importante en estas conductas», ha subrayado Cormand, quien ha sostenido que eso ayuda a predecir riesgos futuros en niños y adultos con TDAH y mejorar estrategias de prevención.

Un 75% del TDAH tiene una base genética y el 25% restante es atribuible a factores ambientales que son muy variables, por lo que pueden ser relevantes en la manifestación de las conductas adictivas en los afectados. 

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