Tarragona es la provincia con más pisos de bancos por habitante

Tarragona lidera el ranking estatal por persona. Sólo Valencia, Alicante y Barcelona tienen más activos en cifras absolutas. Aún queda un gran stock de pisos, pese a los esfuerzos por vender

19 mayo 2017 22:29 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:03
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El inmenso stock de viviendas vacías continúa sin ser absorbido, a pesar de los esfuerzos de la banca, convertida ya en la principal inmobiliaria, por deshacerse de las propiedades a las que accedió tras la espiral de ejecuciones hipotecarias y desahucios de los últimos años. En Tarragona la cartera de los bancos alcanza los 3.027 inmuebles. Es la cuarta provincia de España con más pisos en oferta en números absolutos y la que, por habitante, más viviendas en manos de los bancos acumula.

Sólo Valencia (5.675), Alicante (5.031) y Barcelona (4.270), con muchos más habitantes, superan a Tarragona en este ranking elaborado por el portal ‘DonComparador.com’, que establece un mapa sintomático: la Comunidad Valenciana y Catalunya concentran el 47% del stock inmobiliario de las entidades financieras.

En Tarragona capital hay 606 pisos y en Reus quedan 519. Tortosa (216), El Vendrell (119) o Cambrils (49) son otros de los municipios de la demarcación que más propiedades acumulan.

En total, en España hay 47.911 viviendas en manos de los bancos. Desde enero, el número de esos pisos y casas ha aumentado un 6% en Catalunya. En un año, Tarragona ha pasado de tener 2.622 activos a 3.027, un 15% más. Son viviendas bien obtenidas de un embargo o bien de promociones que se quedaron colgadas por impagos. La venta de estas propiedades se pronostica lenta y a muy largo plazo. «Donde no hay demanda, no se puede crear. En las zonas de Móra d’Ebre o Sant Carles de la Ràpita no hay población que necesite vivienda, así que ese stock tardará años en absorberse. Sí que se han ido vendiendo pisos en Tarragona, en la capital pero también en todo su entorno urbano», sostiene Manel Sosa, secretario de la Cambra de la Propietat Urbana de Tarragona.

Las suculentas ofertas, la publicidad agresiva y la dedicación de los bancos a mantener sus portales inmobiliarios parecen tener efecto, aunque de forma progresiva. Diego Reyes, presidente de la asociación de promotores del Tarragonès, cree que el stock debe ir bajando a partir de ahora: «Hay entidades que han sido ágiles. Si no ajustaban los precios por debajo del coste lógico, si no generaban la oportunidad, no podían vender. Se ha notado la labor de una red de comercialización a través de agentes externos. Eso ha hecho agilizar la venta de esos activos, provocando pérdidas pero quitándose de encima un patrimonio de difícil gestión y solucionando un problema de mantenimiento importante».

 

No tan ganga

Reyes también señala la dificultad en dar salida a parte de ese parque de vivienda: «Hay un stock que costará que baje, sobre todo el que está en la zona del Delta. Costará llevar allí la demanda, porque es una cuestión de localización y no de precio, porque allí hay activos a 20.000 euros».

Desde hace años, las ofertas de propiedades procedentes de bancos se han convertido prácticamente en gangas pero también con condiciones especiales y a veces incluyendo defectos. «En Tarragona y su entorno hay un fenómeno curioso: se está haciendo obra nueva y se está vendiendo. Eso quiere decir que la oferta de la banca responde a un subproducto que requiere reformas, a pisos que no son buenos, de tercera. Y empieza a ser una oferta muy limitada», afirma Diego Reyes.

«Todavía queda mucho stock. Llama la atención que en Tarragona queden más viviendas de bancos que en Barcelona. Eso responde a que en plena burbuja se construía de forma desmesurada en lugares donde no había una demanda. Hablamos de promociones en tercera y cuarta línea de playa. Puede haber incluso producto que sea invendible. Ya no es tanto un problema de precios», confiesa David Herencia, director comercial de Idealista.

En general, la parte positiva es que desde hace tiempo existe un acceso más fácil a la vivienda. «Que la banca esté malvendiendo piso por debajo de su coste es, en cierto modo, una vía social para que la gente que hasta ahora no podía acceda a un piso», indica el promotor Diego Reyes, algo crítico con la Sareb, el coloquialmente llamado banco malo: «En algunos casos sigue en una posición de difícil venta. Es bastante inflexible y a veces puede bloquear. La comunicación con ellos también es complicada».

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