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La Guardia Civil detuvo ayer a Manuel Cano M., un hombre de 77 años acusado de matar a su esposa, una mujer de 73 años, tras asestarle varias puñaladas en el cuello que acabaron con su vida de forma inmediata en la localidad granadina de Caniles. Los hechos ocurrieron en una vivienda en el domicilio conyugal en torno a las once de la noche del pasado miércoles.
Este es el quinto asesinato machista confirmado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en lo que va de año, cuando aún no ha concluido ni el primer mes. Se produjo horas después de conocerse que en La Puebla de Almoradial (Toledo) otro hombre había asesinado a su pareja en su domicilio, donde estaban también sus dos hijos. Desde que existe estadística, el año 2003, son ya 1.038 las mujeres asesinadas por sus parejas.
En el último crimen, los agentes se encontraron a la mujer, María Concepción J. B., ya muerta, sobre un gran charco de sangre, cuando entraron al interior de la vivienda después de que el acusado confesara los hechos.
Confesó en el hospital
La Guardia Civil encontró al hombre en la calle con signos de hipotermia, por lo que lo trasladaron a un hospital de la comarca. Una vez allí confesó a los agentes que había cometido un asesinato. Estaba desorientado y hablaba de forma confusa. Pero lo que dijo fue suficiente para que los agentes acudieran a la vivienda del hombre. Allí se encontraron a su esposa ya cadáver. El asesino confeso y la víctima llevaban bastantes años de matrimonio y no tenían hijos en común.
La consejera andaluza de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, confirmó ayer que María Concepción no había presentado denuncias por malos tratos ni había recurrido a los servicios del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM). Las otras cuatro mujeres víctimas de este año tampoco habían presentado nunca una denuncia por maltrato.
Vecinos consultados por este periódico comunicaron ayer que esta mujer era bastante conocida en el pueblo. Se caracterizaba por su amabilidad y durante muchos años se dedicó al cuidado de personas mayores, aunque hacía ya algún tiempo que no trabajaba en este tipo de tareas. El asesino confeso se había dedicado a las labores agrícolas, y estaba jubilado.
Cerca de 200 personas se dieron cita ayer a las puertas del Ayuntamiento de la localidad para mostrar su repulsa ante el nuevo crimen machista. Allí, vecinos y autoridades guardaron un minuto de silencio. La ministra de Igualdad, Irene Montero, dijo ayer que el Gobierno no descansará hasta que no se erradique la violencia machista. "Nos queremos vivas y es evidente que no podemos descansar hasta que no haya ni una menos. Mis condolencias a la familia y amigos de la mujer asesinada", manifestó.
