Una heroína surge de los escombros de La Manada: la víctima de 18 años

«No todas las mujeres tienen la fuerza para asumir dos años de denuncias y juicios después del trauma. Ella ha sufrido todas las consecuencias que tiene denunciar, que son muy duras», asegura la portavoz del Fórum Feminista

24 junio 2019 16:44 | Actualizado a 24 junio 2019 16:49
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«Las consecuencias de este fallo serán importantes en diferentes ámbitos», considera Arantxa Elizondo, profesora del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad del País Vasco, en alusión a la sentencia que aumenta la pena de 9 a 15 para cada uno de los cinco integrantes de La Manada.

«En el ámbito judicial facilitará una más adecuada interpretación de la actitud de la víctima en casos de agresión sexual, sin que sea necesario que haya habido una resistencia arriesgada para su propia integridad. En el ámbito político, el fallo y su impacto mediático pueden contribuir a que se impulse la modificación del Código Penal, agilizando las propuestas realizadas por expertos sobre los delitos de agresión sexual». 

En el fragor de la celebración por la sentencia de 15 años de prisión, el movimiento feminista no baja la guardia. Al contrario. «Nos sentimos satisfechas con este fallo, pero no contentas, porque desde 2016 ha habido 89 violaciones múltiples y es la punta del iceberg», advierte Henar Sastre, portavoz del Fórum Feminista de Madrid. «Esta sentencia es un aviso a navegantes. Es pedagógica porque advierte sobre lo que les sucede a los violadores. Hasta ahora ellos estaban en la calle, con el mensaje de que aquí no pasa nada. Y sí que pasa. También lanza un mensaje a las mujeres: nuestra lucha ha servido. Para los movimientos sociales es duro no tener resultados».

Hay un tercer factor que afecta al inconsciente colectivo y al clima social. La sensación de triunfo, aunque no definitivo, del movimiento feminista y su nueva heroína, una joven que ahora tiene 21 años y que se negó a abandonar la denuncia de la violación sufrida a los 18. «Hay que aplaudir la resistencia de la víctima», confirma Sastre. «No todas las mujeres tienen la fuerza para asumir dos años de denuncias y juicios después del trauma de la violación. Ella ha sufrido todas las consecuencias que tiene denunciar, que son muy duras. Se hizo público el vídeo y su nombre».

Ella, la anónima mujer que vio cómo su nombre salía a la luz pública, primero por un error de la judicatura y después por una filtración malintencionada de los defensores de La Manada, «generó una reacción popular sin precedentes en España, que impulsó el #YoSíTeCreo y con ello contribuyó al auge del movimiento feminista», sentencia Elizondo. «En el ámbito social, el fallo está en línea con la percepción de que el caso era un ejemplo insoportable de una cruel injusticia hacia la víctima, quien, además de sufrir la brutal violación, ha tenido que padecer el enorme sufrimiento de verse juzgada y cuestionada desde instancias judiciales y, en menor medida, mediáticas».

«Tanto el proceso judicial como las sentencias anteriores y el fallo del Supremo marcarán sin duda un hito en la historia de los derechos de las mujeres en nuestro país», concluye Elizondo.
 

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