Una pedida de mano acaba con la muerte de los novios

La fiesta que el domingo se celebraba en la localidad madrileña de El Álamo por el noviazgo de dos jóvenes acabó en una reyerta entre dos clanes de etnia gitana y la posterior muerte de los novios, que fueron atropellados intencionadamente en la carretera M-404. En esa vía también fue arrollada una joven amiga que acompañó a la pareja y que se encuentra hospitalizada en estado grave.

Fuentes cercanas al caso explicaron que, en torno a las 23.50 horas del domingo, miembros de los dos clanes se enzarzaron en una violenta pelea. Se desconocen las causas que la originaron, más allá de que los novios pertenecían cada uno a un clan.

Fue en una rotonda del polígono industrial de El Álamo y frente al bar Layso el lugar escogido para la celebración de la pedida de mano, donde se inició la pelea multitudinaria y «salvaje», según algunos testigos. Al parecer, participaron en ella más de cien personas, que utilizaron como armas arrojadizas desde ladrillos hasta las vallas de unas obras. Un miembro de uno de los clanes atropelló a varias personas del otro clan con su coche, lo que provocó que el resto de personas se dispersaran por diferentes partes del municipio. Cuando los servicios de emergencia llegaron, alertados por los testigos, no había heridos, porque habían sido trasladados a centros médicos por sus familiares. En este suceso hubo al menos tres personas con traumatismos que acudieron al Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, entre ellas un niño.

Debido a la pelea, ambas familias decidieron cancelar la pedida de mano, pero la joven pareja de novios, que rondaba los 20 años, no estuvo de acuerdo. La pareja expresó su deseo de fugarse, según las primeras pesquisas de los investigadores.

Sobre las 4.40 horas de la mañana, los novios y otra joven caminaban por el arcén de la carretera M-404 cuando fueron embestidos por un vehículo, cuyos ocupantes aún no han sido identificados.

Los cuerpos fueron descubiertos sobre las ocho de la mañana. Primero, las dos mujeres. Una había fallecido y la otra estaba herida grave.

Más tarde, se descubrió un segundo cadáver semioculto entre la maleza, el del joven.