Vivir en una cúpula como de Ikea

ChapeauVert es un inmueble con forma de cúpula, que tanto sirve para vivienda como para espacio público. Está hecho a partir de materiales orgánicos y se compra a piezas para montar

19 mayo 2017 17:34 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:37
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¿Se ha planteado alguna vez montarse una vivienda como si de un mueble de Ikea se tratara? Con dos llaves allen, de las que utiliza la famosa firma sueca, y un poquito de paciencia cualquier persona un poco manitas puede hacerlo. Sin embargo, ésta no es la única singularidad de la ecologic dome. De hecho, tiene muy poco de lo que podría considerarse una vivienda convencional. Tanto la forma como los materiales han sido minuciosamente seleccionados para hacer de éste un proyecto único.

Patrick Debenath es su creador. Este carpintero se autodefine como «un arquitecto frustrado, inquieto y muy crítico con la sociedad». Aunque es de la opinión que «hay que ser crítico pero también aportar ideas». Así que decidió ponerse a trabajar para diseñar un inmueble «pensado para mejorar nuestra forma de vivir y la salud».

Destaca en primer lugar su forma de cúpula. «Hemos reproducido un planeta dentro del planeta tierra», explica. Esta forma hace que en su interior la energía fluya y que sea flexible en caso de terremotos y fuertes vientos.

Dos plantas

Con un diámetro exterior de 10,34 metros, la cúpula consta de 168 trapecios de 35 centímetros de grosor cada uno de ellos. El resultado final es un espacio de 107 metros cuadrados útiles, repartidos en dos plantas. Una principal, de 69 metros cuadrados, y un altillo que puede ir de los 37 a los 46 metros cuadrados.

Además, está hecha íntegramente a partir de materiales orgánicos. Básicamente madera, fibra de madera y corcho, siendo este último un aislante excepcional para la lluvia. Esto hace que la temperatura se mantenga. «La forma y su grosor hacen que la energía quede en el interior. El aire corre y la ventilación es en espiral», asegura Núria Rom, gerente.

Unos materiales que mantienen la temperatura, de forma que, según su creador, «con un simple secador de pelo puede calentarse».

En septiembre comenzaba a comercializarse esta vivienda. Por ello, Patrick Debenath constituyó la empresa ChapeauVert, en Cambrils. Comparte este proyecto con su hija Alma, que es arquitecta, Núria Rom y Francesca Cristina, gerente y decoradora, respectivamente.

El «piso muestra» lo tienen en el Institut d’Horticultura i Jardineria de Reus. Este ya está habilitado para vivir, aunque, cuando Patrick Debenath pensó en el diseño de este espacio, no tan solo le vio posibilidades como hogar, sino que pensó también en los usos que puede darle de cara al público.

Ya sea como oficina, jardín de infancia, una pequeña biblioteca, una oficina de atención al público en un parque natural o incluso como ayuntamiento en un pequeño municipio, son algunas de las funcionalidades en las que puede adaptarse.

Vivienda personalizada

La idea es que el cliente la personalice como quiera. Puede elegir si tan solo quiere los materiales y se lo va a montar, o si necesita ayuda. En el primero de los casos el coste de la cúpula es de 50.000 euros y el cliente puede elegir incluso dónde quiere situar la puerta y las ventanas.

Para los que necesiten ayuda, pueden ir pagando en función de los servicios que necesiten. Es imprescindible una sedimentación en el suelo, después la instalación eléctrica y del suministro de agua, y en función de si se quieren placas solares o un depósito de agua de lluvia, la cuenta va sumando. Aunque, para hacerse una idea, el montaje e instalación de una vivienda de tres habitaciones, baño y cocina tiene un precio de 115.000 euros.

Su fabricación se hace íntegramente en el Camp de Tarragona y ChapeauVert ya está pensando en salir al exterior para empezar a exportar. «Será mucho más fácil de vender», argumenta Debenath.

Piensan sobre todo en empezar por Andorra y Francia, para ir hacia el centro de Europa, hasta Alemania y Suiza. «Cuanto más subes más mentalizados están», argumenta su creador.

Debenath ve una importante oportunidad de negocio en su país. Desde enero de 2015, Francia estableció por ley la utilización de madera en nuevas construcciones o reformas para facilitar el ahorro energético, mientras tanto aquí se cobra un impuesto al sol.

Otro aspecto sobre el que discrepa hace referencia a la propiedad del suelo. Debenath diseñó la cúpula de acuerdo para transportarla y «plantarla» en un espacio abierto. Una cuestión que en España no se permite, mientras que en otros países europeos la normativa es mucho más laxa.

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