Volkswagen pone en entredicho los 3.300 millones previstos para Catalunya

Es la posibilidad que el nuevo presidente del consorcio alemán, Mathias Müller, insinuó este martes: "Para ser francos, esto no va a ser un proceso sin dolor".

19 mayo 2017 21:36 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:06
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La crisis de los motores trucados de Volkswagen ha afectado a 11 millones de clientes y puede llevarse por delante a parte de la plantilla del fabricante automovilístico si no se materializan las millonarias inversiones previstas por el grupo en los próximos años. Es la posibilidad que el nuevo presidente del consorcio alemán, Mathias Müller, insinuó este martes a los 20.000 empleados que trabajan en la sede central de Wolfsburgo (Alemania). A todos ellos se dirigió con un mensaje claro: "Para ser francos, esto no va a ser un proceso sin dolor". Sus declaraciones se dejaron sentir en todos los centros de producción mundial, incluidas las fábricas españolas de Seat, en Barcelona, y Volkswagen, en Pamplona.

Ahora mismo están en duda todos los planes del fabricante para aumentar la producción y mejorar los centros de investigación. "Hemos iniciado una revisión crítica de todas las inversiones previstas", anticipó Müller. Y añadió un comentario que hizo temblar a sus fábricas internacionales: "Todo lo que no sea absolutamente necesario será cancelado o pospuesto". Ante un recorte de tal magnitud, podrían peligrar miles de puestos de trabajo.

De hecho, como ha ocurrido en otras compañías que han anunciado recortes, las acciones de la firma se dispararon este martes un 4% en la Bolsa, la segunda mayor subida desde que comenzó la crisis en septiembre. El anuncio llega días después de que el ministro de Industria, José Manuel Soria, asegurase que las plantas españolas no se verían afectadas por el escándalo de los motores manipulados. Pero tras las palabras de Müller, nadie sabe cuáles son las partidas 'prescindibles'.

El grupo había anunciado a principios de mes una inyección de 4.200 millones para Martorell y Landaben. La factoría de Barcelona se iba a llevar más de 3.300 millones frente a los 900 de la de Pamplona. Ninguna de las dos filiales espera que ese anuncio afecte a su trabajo. Y en ambas factorías indican que las inversiones anunciadas son necesarias. El presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, se mostró confiado en que el grupo mantendrá las inversiones anunciadas "para garantizar el proyecto actual y las nuevas adjudicaciones". Los sindicatos UGT y CCOO consideran que estas inversiones "tienen la categoría de estrictamente necesarias" para garantizar la viabilidad de la marca y de los centros de trabajo, ya que están englobadas en la estrategia de marca y de los segmentos de los vehículos del grupo, tanto actuales como futuros. Por su parte, el presidente del comité de Landaben, Alfredo Morales, reconoció estar tranquilo, porque "si alguna empresa ha demostrado que tiene una viabilidad importante es la nuestra, Volkswagen Navarra".

Hasta ahora las consecuencias del escándalo de los sistemas que manipulaban los registros de emisiones contaminantes del grupo sólo se habían dejado sentir en la cúpula directiva de la empresa. Pero la complejidad para poner fin a este problema es de un calado mucho más elevado que el de los 6.500 millones iniciales que el grupo había provisionado días después de que la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de Estados Unidos confirmara el fraude. El fabricante no sólo tendrá que hacer frente a la reparación de los vehículos afectados, sino que también podría enfrentarse a demandas multimillonarias que, en algunos casos, se estima que alcancen los 40.000 millones. Y eso implica recortes. Müller no se atrevió este martes a valorar el impacto financiero que este problema tendrá sobre la firma, porque "aún no es posible cuantificar las implicaciones comerciales y financieras" de este problema.

Mientras tanto, los ingenieros de Volkswagen siguen trabajando en aportar la solución técnica definitiva para que los conductores afectados puedan saber en qué consistirá la reparación a la que someterán a sus coches. Sobre todo porque desconocen si las modificaciones supondrán una merma en el rendimiento del vehículo. La firma lo hará en un "breve plazo" de tiempo, que incluso podría ser antes de que finalice esta semana. Pero el presidente del grupo añadió una sombra más sobre esta cuestión. En muchos casos se actualizará el 'software', el sistema informático con el que cuenta el vehículo. "Sin embargo, algunos modelos también requerirán modificaciones de 'hardware'", anticipó. Es decir, cambios y sustituciones de los propios equipos y no sólo en el programa, lo que implicará una mayor duda entre los consumidores. 10/06/20-45/15

 

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