París. Septiembre de 1914. Los alemanes se acercaban a la capital y los franceses se dispusieron a contenerles en el Marne. Pronto se vio que las fuerzas para ello eran insuficientes y el gobernador de París envió de urgencia a 6.000 reservistas. ¿Cómo? En taxi. Unos 600 fueron requisados o alquilados para esta misión; taxis modelo Renault rojos que podían llevar a cinco soldados cada uno.
Aquella idea, en un momento en que las fuerzas acorazadas eran aún embrionarias, fue celebrada por la historia.
Bruselas. Marzo de 2016. Cuatro extremistas islámicos van a la yihad en taxi. Piden uno con capacidad, y aun así deben renunciar a un paquete de explosivos que no cabe en el maletero. Luego estallan las cargas en el aeropuerto y en el Metro.
A la nueva guerra también se va en taxi. Pero con cuatro asesinos y un coche es suficiente. ¿Cómo hacer frente a un ejército invisible?