Adiós al genio de las bandas sonoras

Hay películas que no se entenderían sin su banda sonora. O, cuando menos, no serían lo mismo

07 julio 2020 09:40 | Actualizado a 07 julio 2020 10:34
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Hay películas que no se entenderían sin su banda sonora. O, cuando menos, no serían lo mismo. Esos silbidos que hacen tan reconocible Por un puñado de dólares; esas notas de flauta que introducen al espectador en el ambiente mítico de los westerns en El bueno, el feo y el malo; ese himno –«uno de los más bellos de la historia del cine», en palabras de Bernardo Bertolucci– que alimenta la historia del proletariado italiano en Noveccento; la épica hecha música en La Misión; o esa conmovedora melodía de Cinema Paradiso que ya forma parte del imaginario colectivo… Y todas tienen en común un nombre propio que ya forma parte con letras mayúsculas de la historia del cine: Ennio Morricone. Un genio autor de más de 400 bandas sonoras que siempre puso su música al servicio de las historias. Este romano nacido en 1928, que se inició estudiando trompeta, el instrumento que tocaba su padre, tuvo la fortuna –o quizá sería mejor decir que ellos tuvieron la suerte de contar con su talento– de trabajar con los mejores realizadores: Bernardo Bertolucci, Gioseppe Tornatore, Oliver Stone, Terrence Malick, Quentin Tarantino, Brian de Palma... Incluso Pedro Almodóvar. Sí, la suerte fue de ellos. Y nuestra, que podemos gozar de esas historias y de su música, un legado que siempre nos quedará y que hará que Ennio Morricone perdure en nuestra memoria.

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