Adoctrinamiento y odio a España

El nacionalismo, con la colaboración de la izquierda, se ha adueñado de la educación

06 octubre 2017 11:37 | Actualizado a 06 octubre 2017 11:38
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El adoctrinamiento ha estado presente a lo largo de la historia reciente de la humanidad en todas las dictaduras fascistas y comunistas, y es la actualidad pieza fundamental del yihadismo. Estos regímenes han intentado captar de forma especial al sector infantil y juvenil de la población dado que los niños y jóvenes no poseen una personalidad definida y es por tanto mucho más fácil moldear sus mentes para que absorban las ideas, valores y principios que los sistemas totalitarios les quieren inculcar.

Centrándonos en Cataluña, durante estos días estamos asistiendo a un monumental y perfectamente orquestado espectáculo, en lo que lo más nauseabundo está siendo, sin duda, la utilización de los niños, adolescentes y jóvenes por parte de los fanáticos nacional-separatistas. Los siniestros adiestradores que están detrás, cuyo número ha ido creciendo sin parar desde que Pujol se hizo con el poder en el año 1980, extendiéndose como marea negra por todo el entramado social e institucional de Cataluña, con el beneplácito suicida de los sucesivos gobiernos españoles, han conseguido hacer muy bien su trabajo.

Los niños, cuya inocencia está siendo sutil o abiertamente profanada por muchos maestros, profesores, monitores de «lleure», sacerdotes y catequistas, … también por muchos padres, así como por los principales medios de comunicación catalanes en cuya programación dependiendo de la franja de edad introducen la correspondiente propaganda. Transformados todos ellos en un eficaz instrumento de los totalitarios, no tardarán, de seguir así las cosas, en convertir a estos niños en miembros del Frente Nacional de Juventudes (al modo de los «escamots» de Estat Catalá de los años 30), es decir, jóvenes militantes de la causa separatista, fanatizados e incapaces de reflexión porque nunca nadie les habrá explicado otra cosa.

Estos días hemos podido comprobar cómo gran número de esos jóvenes catalanes, debidamente adiestrados y troquelados, salían una y otra vez, en perfecta formación, de institutos y universidades obedeciendo las consignas de sus guías «nacionales y espirituales» pertrechados de una única bandera (las esteladas) e idénticas pancartas, coreando las mismas consignas y haciéndose los mismos selfies con sus móviles de última generación. Esta es hoy, con muy pocas excepciones, la «rebelde juventud» catalana que se ha mostrado en nuestras calles, pues además como pasa siempre los que tienen dudas o albergan un mínimo de sentido crítico al final acaban sumándose de forma gregaria a la mayoría del rebaño, de lo contrario se enfrentaran al acoso y al insulto. «Malos tiempos para la lírica».

El nacionalismo con la colaboración de la izquierda ha tomado la educación como un ámbito de su propiedad en el que tienen derecho a hacer lo que les venga en gana. Y esto se ha traducido en la imposición de un proyecto político, el suyo, al que han subordinado todo lo demás. Hemos asistido a una larga, perseverante y calculada, campaña de manipulación y de mentiras comenzada en la escuela, que se ha ido extendiendo por todos los ámbitos de la sociedad catalana, en la que se ha alimentado el victimismo, el odio a España, a la Guardia Civil, a la Policía Nacional,... y todo llevado a cabo por un ejército de adultos protofascistas que se llenan la boca hablando de «democracia y libertad», pero que no tienen el más mínimo escrúpulo en utilizar a los niños para conseguir sus fines.

Analizar en profundidad todo este fenómeno nos ocuparía mucho espació. Para los que quieran ilustrarse sobre el tema les recomiendo el libro del profesor de Historia Contemporánea de la URV, Pedro Antonio Heras, «La España raptada. La formación del espíritu nacionalista» (2005 Ed. Áltera), reeditado posteriormente bajo el título de: «Por la educación hacia la independencia», que es por el momento el trabajo más riguroso sobre este tema. Un libro que pasó en su momento prácticamente desapercibido en Cataluña, al ser descaradamente silenciado, pero que a la vista de los acontecimientos cobra hoy plena actualidad, pues la manipulación, las mentiras y las tendencias en el denunciadas, no han hecho sino acentuarse en los últimos años.

O el gobierno de España toma de una vez medidas decididas al respecto o el panorama de cara al futuro no puede ser más sombrío.

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