Aguantar la respiración

Si el tiempo les acompaña, los 196 países hablarán en el año 2020

19 mayo 2017 23:55 | Actualizado a 20 mayo 2017 21:39
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Ya no hay ninguna apartada orilla donde se respire mejor, ya que todas están muy cerca, pero las naciones del mundo, tan desiguales, se han puesto de acuerdo, por primera vez, para reducir las emisiones de gases. No será la última, porque hay muchos países que van a medio gas.

Se está viendo venir lo que esperábamos: que aquí no va a parar nadie. O los automóviles o nosotros. Quien dice coches se refiere a todo lo que sea un artefacto, más o menos lujoso que nos traslade de un sitio a otro, por tierra, mar o aire, pero eso es muy fácil de decir. La gasolina y el proscrito gasoil son la sangre de nuestro tiempo y no se trata de moverse a golpe de calcetín. ¿Qué se puede hacer? De momento, lo que están haciendo los 196 países es acordar una cita. Si el tiempo les acompaña, hablarán en el año 2020 para sustituir el Protocolo de Kioto. Hasta entonces habrá que aguantar la respiración, como los amantes clandestinos que «pisan con planta de lana» y los espías dobles, que tienen una cara que se la pisan.

En todo pacto hay siempre alguien que sale ganando más que otro, o si se prefiere, usando el argot diplomático, que resulta menos perjudicado.

Hay muchos países en este mundo a medio descubrir que aspiran a tener una bicicleta por cada dos familias. Para sus habitantes, eso es la motorización. Tendrán que pactar, como ahora le urge hacerlo al todavía líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, que no se fía de algunas alianzas. La suya es una organización seria, pero hace mucho tiempo que no tiene la menor posibilidad de sonreír porque Podemos le ha dicho que no, que de ninguna manera, que no le da la gana de pactar. También ellos tendrán que contener la respiración, aunque saquen su honrado pecho. Todos estamos en vísperas de algo, pero nuestro Kioto está lejos y como el tiempo corre más que nosotros no es fácil alcanzarlo. Ya me contarán ustedes lo que pasó en el año 2020. Yo seré todo oídos, pero me parece que no podré oír nada, por más que escuche.

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