Tomás Alcoverro había recibido ya la Creu de Sant Jordi, el Premio Godó, el Cirilo Rodríguez, el Ortega y Gasset, el Vázquez Montalbán, y esta semana le dieron el Nacional de Comunicació. El decano de los corresponsales en Oriente Medio vendrá mañana lunes. Su presencia será un premio.
En la Cambra de Comerç, a las siete de la tarde, presentará Un barceloní a Beirut (Ed. Diëresis). Cuenta su ir y venir a la capital libanesa, donde vive de milagro teniendo en cuenta que, en un conflicto, en su casa instalaron una ametralladora en el tejado, y en otro secuestraron al vecino de arriba y al de abajo.
Cuenta que en El Líbano desaparecieron los trenes y se acaban los Cedros. Lo que no termina es la magia que conquistó al corresponsal.