El lunes se dio a conocer el Nobel de Medicina; el martes, el de Física; el miércoles, el de Química; hoy, el de Literatura; el viernes, el de la Paz, y el próximo lunes, el de Economía.
Alfred Nobel era un inventor y millonario. Cuando redactó su testamento, en 1895, tenía 90 fábricas por el mundo que producían 66.000 toneladas de dinamita. Murió un año más tarde, pero los premios que estableció siguen muy vivos. Para los galardonados suponen el mayor prestigio y 960.000 euros.
Nacido en Suecia y formado en Rusia, murió en Italia, en soledad, asistido solo por sus criados franceses, sin familiares que le murmuraran palabras de consuelo. No fue feliz, pero ha proporcionado la felicidad a cada premiado, que dispuso que fuera «el más digno, sea escandinavo o no».