Estos días he recibido un anónimo que sería gracioso si la intención de su autor no fuera desagradable, y al comentarle el hecho a un compañero me mostró el suyo. En ambos la autoría es de personas que se sienten llamadas a defender el territorio, por decirlo de alguna manera.
Bernard Shaw recibió una vez una misiva en la que sólo aparecía la palabra «Imbécil». Comentó: «En mi vida he recibido muchas cartas sin firma, pero es la primera vez que recibo una firma sin carta».
Conviene no hacer caso y guardar distancias con este tipo de anónimos, de acuerdo con el proverbio judío: «No te acerques a una cabra por delante, a una mula por detrás y a un tonto por ningún lado».
¿Qué es eso de tirar la carta y esconder la mano? No es obligatorio leer lo que uno escribe, y menos aún estar de acuerdo. Pero el territorio es de todos, como la luz del sol. ¡Qué ganas actuar desde la sombra!