Ricardo Bofill, fallecido a los 82 años, fue nuestro arquitecto más internacional, con obras en medio centenar de países. En 1957 fue expulsado de la Escola d’Arquitectura de Barcelona por razones políticas. Se fue a Ginebra, pero solo aguantó allí dos cursos, decepcionado por la educación académica que recibía.
Tiene ilustres precedentes en ser un artista rebelde. Picasso fue a estudiar arte a Madrid y pronto se desmotivó y dejó de asistir a clase. Con un amigo se fue entonces a Horta de Sant Joan a pasar ocho meses que fueron decisivos en su vida.
Dalí también pasó por Madrid. Sus padres estuvieron dispuestos a pagarle estudios de arte, sin embargo no había pasado más de un año que volvió a Figueres diciendo: «Esos, de arte, no saben nada».