La conferencia anual de Josep Fèlix Ballesteros ha sido elogiada y criticada. Casi todos los asientos del salón de actos del Col.legi d’Advocats i de Farmacèutics estaban reservados. Incluso algunos concejales reservaron su ausencia.
Quedaba la última fila libre que permitía ver las cosas con cierta distancia.
Me quedé con la complejidad de una ciudad que desde Bonavista hasta Ferran tiene 17 kilómetros, y con distancias aún mayores entre muchas personas y la sociedad del bienestar.
Anoté que ninguna familia se ha quedado sin agua por no pagarla, y los esfuerzos de Tarragona Impulsa para la formación e inserción laboral.
Se habló de cruceros y pasarelas, de la Budellera del futuro y de grandes edificios vacíos del pasado, pero me quedo con la llamada a superar el incivismo que nos cuesta un millón y medio de euros al año y con tantas ocasiones perdidas por falta de unidad.