Bárcenas, relato inverosímil

¿Quién diseña el marco de la financiación? ¿A quién toca pedir cuentas?

19 mayo 2017 22:23 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:35
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No seré yo quien defienda a Luis Bárcenas. Hace mucho que el último tesorero del PP dejó en la cuneta cualquier vestigio de credibilidad, mientras su hambre de revancha crece a medida que se aproxima el juicio oral. Pero el escrito de defensa, que ha presentado ante el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, es un relato del todo verosímil; creíble. La caja b existía, las donaciones en negro también y los sobresueldos eran pagados con rigor.

¿En qué organismo que funciona en base piramidal, los empleados de máximo nivel hace y deshacen a su antojo con el dinero que pasa por sus manos? ¿Quién ordena las grandes líneas del tráfico financiero? ¿Quién diseña el marco de la financiación? ¿A quién corresponde pedir cuentas? A los máximos responsables, ni más ni menos.

En el caso del PP, esa responsabilidad correspondía y corresponde a los sucesivos presidentes del partido, junto con los secretarios generales que en la sede central de la calle Génova ha habido. Por tanto, ninguna sorpresa de que, en su defensa, el último tesorero del PP haya inculpado a los presidentes populares y a los altos cargos, de la financiación irregular del partido. Lo que sería un escándalo es que ninguno de ellos declarara al menos como testigo.

Ninguna aportación al caso, sería más valiosa, si fuera veraz, que las de Mariano Rajoy, José María Aznar, Francisco Alvárez Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes, María Dolores de Cospedal, en sede judicial.

Pero la marcha de los acontecimientos no circula en esa dirección. Ningún síntoma apunta a que estén dispuestos a explicar, ni ante el magistrado de la Audiencia Nacional, ni ante el Congreso de los Diputados, cómo se ocultaba el origen de las donaciones y con qué criterios se establecían los complementos salariales. Sería la bomba.

Como en las máximas instancias del PP, lo habitual es poner cara de sorpresa ante cualquier evidencia relacionada con el affaire, incluso cuando Bárcenas insiste en que el propio Rajoy recogió «algunos donativos importantes», a diferencia de otros sonados casos judiciales, aquí nadie quiere explicar nada. No va con ellos. Aunque Jorge Verstrynge, que fue secretario general de Alianza Popular con Manuel Fraga Iribarne y que tuvo que recoger personalmente maletines llenos de billetes, insista en que los tesoreros no tenían «ninguna responsabilidad política; que tenían directrices que debían cumplir a rajatabla». En fin, que eran unos ‘mandados’.

Harían bien los nuevos protagonistas del partido conservador, esos jóvenes no airados y bien preparados, en tomar nota de la declaración hecha por el nuevo presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, al proclamar su territorio libre de corrupción. Borrón y cuenta nueva. «Génova libre de corrupción».

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