Bares (II)

No se puede conocer la realidad que nos rodea si no viajamos en un medio de transporte público o si no visitamos con cierta regularidad un bar. No elijan uno famoso, porque es muy posible que sólo encuentren turistas guiados
 

31 octubre 2020 17:30 | Actualizado a 31 octubre 2020 19:15
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En el artículo anterior les hablaba de los bares, ahora cerrados, y les invitaba a un recorrido y a unas reflexiones. Sigamos.

Bares (I)

Nos han cerrado los bares y restaurantes. ¿Las autoridades han supuesto que podían ser uno de los centros de contagios? Yo creo francamente que no y los restauradores que se quejan de ser unos chivos expiatorios tienen razón.

7. Cosmopolitismo. Oak Bar del Plaza en la Quinta Avenida. Fue llevado a los altares en la película “Con la muerte en los talones” en las que Cary Grant representa el americano típico. Alfonso Armada lo menciona entre otros muchos en su “Diccionario de Nueva York”. Bajo la voz bares nos dice: “los abrevaderos para saciar todas las necesidades, perder la inhibición y la cordura son aquí, en una ciudad que en vísperas de la entrada en vigor de la Ley Seca se emborrachó a muerte, incontables” Los bares en Nueva York, advierte Armada, “hay que buscarlos aunque seamos vecinos de la ciudad y esclavos de sus hábitos, antros que tienen su genealogía, una catadura que tiene un valor moral“; y acaba señalando que una gran ciudad cosmopolita tiene que ser tolerante con los extranjeros e intolerante con la mediocridad.

8. Exceso. Burj Khalifa. La torre situada en el Emirato de Dubai ha conseguido varios primeros lugares en el mundo. Ser la estructura más alta con sus 828 metros, tener el mirador más alto a 555 metros en la planta 148, tener la cafetería más alta del mundo y realizar el trayecto más largo en ascensor. En las alturas hay dos cafeterías, Atmosphere, en la planta 122 y The Lounge Burj Khalifa, entre las plantas 152,153 y 154. Les confieso que en mi visita al lugar me quedé a medio camino en Atmosphere y pedí un daiquiri: no se me ocurre que hubiera pedido si hubiese seguido subiendo, sobre todo si temes que se estropean los ascensores. Todo en los Emiratos Árabes Unidos se mide en esas dimensiones. ¿Serán también los más corruptos de la Tierra?

9. Tópicos. La Venta del Gallo. Si a un extraño a la ciudad (o al país) le llevaran nada más llegar a este lugar en el Barrio del Albaicín (Granada) y luego se volviera a su origen sin ver nada más, contarían a sus contertulios interesantes historias sobre la vida de sus habitantes, totalmente absurdas. Sería lo mismo que si hubiera leído los famosos “Cuentos de la Alhambras” del Irving y quisieran con ello conocer España. No se habría enterado de nada. El problema no es este visitante despistado o ingenuo, el problema es que muchos viven (o vivimos) de los tópicos, sean los que sean, y por vagancia o por ignorancia, nos negamos a salir de los mismos.

10. Mentira. Danieli. ¿Cómo puede faltar en una relación de bares/cafeterías el Florian o el Quadri de Venecia? El Florian se abrió en 1720; el Quadri en 1775. Lugar de paso obligado para el visitante es difícil no caer en sus garras. Yo prefiero, no obstante, el bar de la casa de los Dandolo (Hotel Danieli), que está a unos pasos, fuera ya de la Plaza. El dogo Enrico Dandolo, que murió durante la IV Cruzada y que fue enterrado en Santa Sofía, expresa más que nadie el cinismo de la política. Una noche pasé unas horas charlando en dicho lugar con una persona muy relevante durante la Transición española: habíamos elegido especialmente ese sitio para el encuentro. Luego ambos descubrimos que hay otro edificio en Venecia, que tiene el mismo nombre, y que es el verdadero Palazzo Dandolo, con lo que una vez más el dogo ciego y nonagenario nos había engañado. No me extraña que el historiador Roger Crowley (Constantinopla 1453. El último gran asedio) asegure que uno de los pocos consuelos que tuvieron los bizantinos con la toma de la ciudad fue ver como los otomanos abrían la tumba del dogo y tiraban sus restos a los perros.

11. Falsa realidad. Café Central. Uno de los capítulos de la magistral obra El Danubio de Claudio Magris lleva este título y empieza su relato de la Viena Imperial en ese café. Adelantándose a nuestra vida actual, que es pura imagen, nos señala que la cultura vienesa había desenmascarado la creciente irrealidad de la vida, cada vez más absorbida en los mecanismos de la información colectiva y transformada en su propia puesta en escena; y sus escritores habían notado la dificultad de diferenciar la existencia de una imagen reproducida en múltiples copias. La realidad del móvil, diríamos ahora.

12. Esencia. The Borestone Bar. Ni es el mejor, ni el más concurrido en Stirling (Escocia). Helen Arthur (Whisky de Malta. Manual para sibaritas) asegura que tiene más de mil maltas en su carta, pero necesitarías casi una vida para comprobarlo. Aquí se viene a lo que se viene. Una barra y unos asientos, unas bebidas, unos habituales que parecen formar parte del mobiliario, y lo más importante, todo el tiempo del mundo para hablar de todo y de nada, que posiblemente es la mejor manera de pasar la vida, si no queremos complicarnos la existencia.

No se puede conocer la realidad que nos rodea si no viajamos en un medio de transporte público o si no visitamos con cierta regularidad un bar. No elijan uno famoso, porque es muy posible que sólo encuentren turistas guiados u oigan tópicos comunes que nada les aportaran. Elijan uno cualquiera, en cualquier calle o rincón perdido, tomen asiento y oigan lo que se dice, especialmente si está encendida la televisión. Aprenderán mucho más que si se matriculan en Ciencias Políticas o son elegidos parlamentarios.

Magris termina el principio del capítulo Café Central con una advertencia, que una vez más, es perfectamente aplicable a nuestros tiempos: «nuestro discreto y ceñoso vecino sugiere, de todos modos, que no nos tomemos demasiado en serio lo que está sucediendo, que recordemos que las cosas son así, y sobre todo por casualidad, y que también podrían ser perfectamente de otra manera».

Notario. Profesor de Derecho Civil de la Universitat Rovira i Virgili (URV). Con el Govern Maragall formó parte del grupo de expertos designado por la Generalitat para elaborar el Libro de Sucesiones del Código Civil catalán.

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