Borrachera de gel

21 junio 2020 08:50 | Actualizado a 21 junio 2020 09:22
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No sé muy bien si fue por escuchar al presidente estadounidense, Donald Trump, que en su día aconsejó inyectarse desinfectante e introducir luz ultravioleta en el cuerpo de los pacientes infectados; si fue fruto de la desesperación o, simplemente, por eso de que la cárcel es muy dura, pero la noticia es desde luego sorprendente: «Dos internas de la cárcel de Brians 1, en Barcelona, ‘cazadas’ borrachas al mezclar el gel desinfectante con un refresco de cola».

Al parecer, las dos reclusas improvisaron su singular ‘botellón’ en la biblioteca, haciendo uso del dispensador allí colocado para que las presas se froten las manos y cumplan con las medidas de higiene a las que nos ha obligado esta pandemia. Cabe recordar que los geles hidroalcohólicos suelen tener una cantidad de alcohol en su composición de un 70%, como también que su etiqueta lo dice con claridad: «No ingerir».

Fuentes de la Consejería de Justicia de la Generalitat señalan que la dirección del penal no ha decidido retirar los dispensadores, tal y como se había especulado en un primer momento, aunque sí se ha reforzado la vigilancia para que el hidroalcohol no corra de vaso en vaso. Suele ser algo, si no habitual, sí al menos que se da con cierta frecuencia en las cárceles del mundo eso de que los presos se busquen la manera de evadirse con lo que tengan más a mano.

Y créanme que muchos son muy creativos –solo hay que ver los improvisados licores destilados a partir de frutas que corren por las celdas–. Sea como fuere, no sigan el ejemplo, no hagan caso a Trump –les irá mejor– y recuerden en estas fechas de Sant Joan que el gel, además de llevar alcohol –en ningún caso para beber–, es inflamable. Cuidado.

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