Borrar del mapa al Castor

El otro día, desde Les Cases d’Alcanar, miré al mar y el almacén de gas Castor había desaparecido. Pero no se engañen, las instalaciones marinas del almacén de gas siguen allí de pie, imponentes, frente a la costa del Montsià y el Baix Maestrat. Sólo es que yo no podía verlas, porque no siempre son visibles desde el litoral. Mientras que en los días claros se ven nítidamente a simple vista, hay otros días en los que el efecto de la neblina las hace desaparecer como por arte de magia. ¡Lo que daríamos porque fuese así de fácil y pudiéramos borrar de un plumazo un proyecto tan nefasto! Creo que este sería un deseo generalizado, desde los persistentes opositores de la Plataforma Ciutadana de les Terres del Sénia y los ciudadanos que notaron los terremotos que provocó en 2013, hasta los mismos ingenieros de Escal UGS y los responsables políticos que autorizaron su construcción y la millonaria indemnización. La única voz discordante sería la de ACS de Florentino Pérez, que a pesar del fiasco de la empresa se han embolsado más de 1.350 millones de euros.

Ayer el Parlamento europeo dio un tirón de orejas al Estado español por haber hecho recaer la factura del Castor en los consumidores del gas durante los próximos 30 años. Todo apunta a que será una declaración más simbólica que efectiva, ya que no es vinculante. Pero algo es algo y así lo celebró la Plataforma del Sénia, quien aboga por el desmantelamiento total y definitivo de unas instalaciones gestionadas ahora por Enagas y en hibernación indefinida. Esperemos que el Castor ya nunca más despierte de ese letargo.