Da una enorme pereza tener que repetir que no ganamos nada con politizar los atentados terroristas.
Ahora se informa de que la policía belga comunicó a la española sus sospechas sobre el imán de Ripoll, y que obtuvo como respuesta que no le constaban antecedentes terroristas. Y al mismo tiempo la policía belga preguntó a los Mossos d’Esquadra, de forma no oficial, por este hombre que tenían bajo sospecha, y la respuesta fue parecida.
A partir de aquí ya comienza la búsqueda de culpables entre nosotros, como si la amenaza yihadista ya hubiera terminado. A ver si nos pasará como a los conejos de la fábula de Iriarte, que fueron atrapados por los perros mientras debatían temas secundarios.
Si hubo avisos sobre este hombre que atraía a sus prosélitos como un imán, lo que dicta el sentido común ahora es estar más alerta y compartir más la información que nunca. No sumemos a estos ataques las peleas interiores.