Tengo la impresión de que el fenómeno okupa va en aumento, pues en una semana me han llamado tres personas conocidas, de Tortosa, Salou y Segur de Calafell, pidiéndome que presionemos para que se modifiquen las leyes. Alegan lo dificultoso y lento que resulta que alguien pueda volver a su casa si algunos han decidido vivir en ella.
Por sentido común parece que si alguien demuestra que el piso es suyo el juez podría extender una orden y la policía desocuparlo al día siguiente.
Pues no, eso contradice al derecho de los okupas de vivir en lo que no es suyo. Recuerdo el caso de una persona que se dirigió así a sus ‘invitados’: ¿serían tan amables de dejarme subir a recoger mis medicamentos?
¿Por qué los gobernantes no actúan? Deben de estar ocupados.