Cambios de chaqueta por doquier

Aunque cada vez es más usual –a los hechos me remito–, no deja de sorprenderme esa crisis de ideología que afecta de forma repentina a algunos políticos cuando se acercan unas elecciones.

Como si de San Pablo se tratara, ven la luz de un día para otro y descubren, para asombro de los votantes que les dieron su confianza, que llevaban años en el partido equivocado, por lo que deciden dar un paso para «estar en el lugar correcto» –y con esto no sé si se refieren a su nuevo partido o a la poltrona a la que aspiran, pues dudo que hubieran dado el paso si no les hubieran prometido un lugar preferente en las listas; sí, llámenme mal pensado–.

Curiosamente, esta epidemia ha sacudido con fuerza a Tarragona, donde Carles Castillo fue el primero en caerse del caballo para darse cuenta de que, después de una larga trayectoria en el PSC, en realidad su sitio estaba en Esquerra; donde el líder de Ciudadanos, Rubén Viñuales, en cambio, encontró su lugar en ese PSC que dejó Castillo, y donde la que fuera primera figura de Ciudadanos en Catalunya, la también tarraconense Lorena Roldán, súbitamente supo que donde de verdad está a gusto es en el PPC, al lado de su vecino Alejandro Fernández. Dios mío, cuánto ajetreo. Y yo que pensaba que eso del transfuguismo y de los cambios de chaqueta estaba demodé y mal visto...