Catalanes por el mundo

En el jardín del hotel donde leo derrumbado en una hamaca hay huéspedes que hablan catalán de Cataluña. Se proponen ir al Valle de Bujaruelo, lanzarse por la tirolina de Hoz de Jaca

13 julio 2021 08:21 | Actualizado a 13 julio 2021 08:29
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¡Hola vecinos! Vacaciones en el Pirineo aragonés, en Biescas, donde a los naturales del lugar se les conoce como ‘pelaires’. Con dos libros: el volumen III de la obra completa del periodista sevillano Manuel Chaves Nogales, en concreto lo que va de 1931 a 1936, y La vida pequeña, de J.A. González Sainz, soriano (1956), algo italiano y filólogo.

En el jardín del hotel donde leo derrumbado en una hamaca hay huéspedes que hablan catalán de Cataluña. No catalán de la Franja, ‘chapurriau’ o catalán de Aragón. Pero les entiendo igual y ellos a mí y a mi idioma de hemiglosectomizado. Se proponen ir al Valle de Bujaruelo, lanzarse por la tirolina de Hoz de Jaca sobrevolando el embalse de Búbal, asomar a la cuna del viejo Reyno de Aragón, el Monasterio de San Juan de la Peña.  Llevan sus folletos, sus localizaciones en Google Maps, su espetec para ir picando.

Me asalta un pensamiento:  ¿Serán estos los que quieren romper España? No tienen pinta.  He de preguntar a mi amigo Roger, que sí es independentista catalán, distribuye queso catalán rico y tiene en Biescas centro de operaciones de su existir.

Hundo la nariz en el libro sin olvidar a mis catalanes del hotel.  Leo que el inmenso periodista que fue Chaves Nogales entrevistó a Francesc Maciá, presidente de la Generalidad.  La ‘interviú’ se publicó en el periódico Ahora el 20 de diciembre de 1931. Afirmaba Maciá:  «Mi sueño era que nuestro pueblo ayudase a los demás pueblos de España a sacudir el yugo y todos juntos formásemos una federación que dictase la Constitución por la que habían de regirse los españoles dentro de un régimen liberal… Creía también que la Constitución debía haber sido hecha por delegados de los distintos pueblos que, al libertarse, formasen la República Federal Española… Si nosotros dijéramos que queríamos el Estatuto para apartarnos de los demás pueblos de España y deciros: ‘Allá os las entendáis vosotros como podáis con vuestros problemas’, entonces sería otra cosa harto distinta, pero lo que queremos es todo lo contrario: estrechar los lazos de cordialidad y amor entre todos los pueblos ibéricos. No es cierto que pretendamos desinteresarnos de los problemas de España, sino que comprendemos que tenemos que ir cordialmente unidos... Yo era separatista del Estado español monárquico que nos vejaba y escarnecía. No queremos el Estatuto para apartarnos de los demás pueblos de España».

Chaves también ‘interviuvó’ al presidente Lluis Companys y la entrevista apareció el 4 de marzo del 36. Companys declaraba:  «Puedo afirmar que al gobernar lo haré siempre teniendo presentes los intereses fundamentales de España y de Cataluña. No vamos a cegar estúpidamente las fuentes de riqueza del país con aventuras gubernamentales…  Defenderé una evolución normal del régimen económico imperante, hacia soluciones más humanas. Y, por decirlo así, más cristianas. Me bastaría, para hacer posible esta tarea, con que las clases conservadoras aceptasen siquiera los postulados  sociales del catolicismo».

Abro La vida pequeña: «Como la langosta -leo-, la obsesión ideológica de la Identidad se ha zampado todo lo que se le ha puesto por delante: fuerza de carácter, firmeza de ánimo, temperamento, alma, conciencia…  Afortunadamente somos mucho más que Identidad, somos relación, propensión, situación, momento, somos tiempo y espacio, vida, somos lenguaje, somos ser».

Los huéspedes catalanes se van a descubrir cosas. Nos despedimos con un gesto de mano. Volverán.

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