¿Coalición anti?

La nefasta presidenta del Partido popular catalán, Alícia Sánchez-Camacho, está proponiendo a los líderes del PSC, de Ciudadanos y de Unió que sumen sus fuerzas para ofrecer una «alternativa legal» al objetivo «ilegal e imposible» de la lista independentista de «romper España en seis u ocho meses». Iceta, el candidato del PSC, le ha respondido que no porque su preferencia es forjar un «gobierno de izquierdas» con ICV-Podemos. Camacho ha contraatacado con duros exabruptos.

La propuesta de Alícia Sánchez-Camacho se compadece mal con la impecable afirmación de Mariano Rajoy de que las elecciones del 27S, si se convocan, serán unas elecciones autonómicas ordinarias –no pueden ser otra cosa– y de ellas saldrán exclusivamente un parlamento y un gobierno catalanes. Y si las cosas son de este modo, ¿qué sentido tiene crear un bloque opuesto al soberanista?

El Estado tiene resortes suficientes para contener cualquier desviación inadmisible de las normas constitucionales, y desde luego no se podría admitir una secesión a partir de la decisión por mayoría de una cámara autonómica.

Desde esta inflexibilidad, que sugiere la necesidad de plantear el asunto de la independencia de otra manera, carece de sentido seguir el juego de los independentistas.

Ellos son los que quieren destacar su vehemencia identitaria y por eso se alían, aun siendo tan distintos, con este exclusivo fin.

Los no nacionalistas no necesitamos aliarnos para actuar con racionalidad.