¿Coches o bicicletas oficiales?

Esas recientes apariciones en bicicleta de políticos, tienen por objeto salir en la foto

19 mayo 2017 22:24 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:35
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Las imágenes publicadas actualmente en los medios de difusión, en las que aparecen algunos dirigentes municipales, recién elegidos, desplazándose en bicicleta o en transporte público, para dirigirse a sus respectivos centros oficiales, invita a una reflexión sosegada.

En los países nórdicos, con cultura muy diferente a la nuestra, como por ejemplo Suecia, nadie se sorprende al observar a su Primer Ministro desplazándose a pie o en transporte público. Incluso en Suiza, país modélico en todo, su Presidente se dirige en bicicleta por las calles de Berna hacia su despacho oficial, en la sede de la Confederación Helvética. Y lo hace mascando saludables hierbas, lo cual constituye su gran afición y sus conciudadanos no se sorprenden en absoluto, ni por el medio de desplazamiento ni por las hierbas.

Pero en nuestro país esas recientes apariciones en bicicleta, en el metro o en el autobús, tienen por objeto únicamente esperar al reportero para salir en la foto. Constituyen, en mi opinión, simplemente un acto folclórico.

Ninguna persona medianamente sensata pone en duda la necesidad, a efectos de protocolo, de los coches oficiales. Otra cosa es hasta qué nivel jerárquico deben ser utilizados. Es decir si corresponde su uso hasta el nivel de subsecretarios, directores generales o jefes de negociado. Obviamente, el uso debe corresponderse con necesidades objetivas.

Precisamente este año se cumple el ochenta aniversario del Parque Móvil del Estado (PME), antes Parque Móvil Ministerial (PMM), creado por Decreto del Consejo de Ministros, publicado en la extinta Gaceta de Madrid del 29 de septiembre de 1935. Está prevista su celebración con una exposición pública que se abrirá en Madrid el próximo mes de julio. He consultado la memoria del PME correspondiente al año 2014 y, según informaciones de la misma, existen 652 coches oficiales en servicio y 802 conductores, cifras ambas que se han venido reduciendo considerablemente en los últimos años, con un ahorro superior a los 18 millones de euros. De otra parte, la última adquisición de vehículos tuvo lugar en el año 2009, con un total de setenta unidades.

He conocido y tratado a varios conductores, uno de ellos precisamente había sido conductor del Gobernador Civil de Tarragona, y recordaba siempre, en interminables conversaciones, su agrado por los alrededores de Tarragona, especialmente la Platja

Llarga. Todos ellos excelentes profesionales que a pesar de conocer confidencias al más alto nivel, oyen pero no escuchan, manteniendo total y absoluta discreción y saben bien las costumbres de las personas a las que sirven con gran entrega, puntualidad y eficacia.

Según su Director General, Miguel Ángel Cepeda, la esencia del PME no son los coches, sino las personas que trabajan en el organismo. Los conductores son uno de los pilares centrales del PME. Según Cepeda, para poder recoger a la canciller alemana, Ángela Merkel, o al expresidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, entre otros, hay que estar hecho de una pasta especial. Como dato curioso, cuando en Madrid ocurrió la tremenda catástrofe del 11-M, se movilizó la totalidad de los vehículos oficiales de la flota para llevar a los psicólogos a atender a los familiares de las víctimas del cruel atentado.

Por todo ello y teniendo en cuenta que el último vehículo que se compró fue un Ford Mondeo en 2009 y casi todos los coches en los que viajan los ministros tienen varios años de antigüedad y más de cien mil kilómetros de rodadura, carecen de sentido las campañas en contra de los coches oficiales, en orden o a favor del ahorro público, que programan algunos dirigentes políticos. Si se quieren las bicicletas hay que pensar que ello supone, indiscutiblemente, por lo retrógrado, ir hacia atrás. Resulta bastante ilustrativo el hecho de que el denostado Ministro de Hacienda y Administraciones Públicos, Cristóbal Montoro, jefe supremo del PME, utiliza ahora el mismo coche oficial que cuando ocupó la cartera de Hacienda con el Gobierno del Presidente José María Aznar.

Comentarios
Multimedia Diari