Cómo desconectar, o mejor no, por unos días

Desconexión en vacaciones. Hay formas de lograr desengancharse de las rutinas del trabajo durante el periodo de descanso. Siempre, claro, que no sea usted una de esas personas insustituibles

19 julio 2018 12:00 | Actualizado a 19 julio 2018 12:08
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Si es usted de los que no acaban de estar conectados nunca del todo a su trabajo, enhorabuena, desconecte ahora mismo de este artículo; pero si le cuesta olvidarse de toda la mensajería que va a seguir persiguiéndole en sus vacaciones, aquí tiene algunos de los mejores consejos de desconexión que me han dado los personajes que he entrevistado estas semanas.

El mejor modo de olvidarse de todo durante todo un día es no olvidarse de nada durante sólo media horita cuando comienza o cuando acaba. Repasar, contestar, chequear, vaciar o ignorar cuanto el mundo tenga que comunicarle con urgencia, pero sólo durante ese ratito.

El mejor modo de olvidarse de todo durante todo un día es no olvidarse de nada durante sólo media horita cuando comienza o cuando acaba

Después, ya puede usted decretar un apagón total del móvil hasta el día siguiente y prohibirse cualquier pantalla cercana. Le ayudará huir de las wifis, especialmente de las que son gratuitas.

Pero, lo mejor para evitar volver a mirar el whattsap por si ha llegado el mensaje que desearía para comprobar que sólo tiene el que le importa un pito, es estar activo; hiperactivo si usted tiende a estar hiperenganchado al móvil. Nada de tumbarse en la hamaca ni de ligar bronce sobre la arena.

Planee una aventura cada día. La playa que nunca ha visto; la montaña que no se atrevió a subir o la conversación que nunca inició

Es ahí donde le asaltará la tentación de ver qué hay de nuevo. El cerebro está enganchado al estímulo digital y se negará a pensar en otra cosa que no sea comprobar que usted aún existe en las redes. Sude la camiseta y no agotará la batería ni las neuronas.

Sorpréndase. Planee una aventura cada día. La playa que nunca ha visto; la montaña que no se atrevió a subir o, simplemente, la conversación que nunca se atrevió a iniciar, aunque sea con su pareja o especialmente con ella si le van las emociones fuertes.

Pero si es usted una persona realmente importante, si nadie más que usted puede hacer lo que hace, si todos dependen de su ejemplo y sabias directrices, entonces, amiga o amigo mío, simplemente no podrá desconectar. Por eso el consejo de los expertos es que ni lo intente.

Tendré que seguir pendiente de sus mails, porque en su trabajo no saben ni subir la persiana cuando usted falta y deberá revisar los whatsapp, porque sus grupos carecen de entusiasmo, propósito y determinación si usted no los pone.

Hasta Instagram parece las postales de la abuela y Facebook, el álbum de fotos de Cuéntame, cuando usted no les aporta su talento. El consejo de psicólogos, coaches y terapeutas para seres indispensables como usted es que se olvide de cambiar sus rutinas y siga siendo insustituible. 

Para el resto, la desconexión total resulta un test precioso. Puede usted darse cuenta de que lo que le mantiene esclavizado en su día a día puede hacerlo otro, tal vez un becario, incluso de los que no promete. Tal vez descubra que ni ellos le necesitan ni usted a ellos. Igual se le ocurre un modo de ganar el mismo sueldo haciendo algo que sí le importa. Quizá le suceda lo mismo con algún grupo de amigos (no me pregunten por la familia) y, de repente, descubra que no le hacen falta a usted ni usted a ellos: simplemente estaban ahí.

¿Por qué no buscar otros con más sentido?

Preguntas como esas anticipan la oleada de divorcios, separaciones y nuevas vidas que los abogados laboralistas certifican a la vuelta de vacaciones. Si los buenos propósitos llegan con el año nuevo, las realidades insostenibles se manifiestan en vacaciones. Por eso, si no quiere líos, mejor, llévese el móvil y manténgase hiperconectado.

 

Periodista. Lluís Amiguet es autor y cocreador de «La Contra» de La Vanguardia desde que se creó, en enero de 1998. Comenzó a ejercer como periodista en el Diari y en Ser Tarragona.

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