Cómo estimular a nuestro alumnado

¿Por qué no estimular a los alumnos para que aporten recursos adicionales a las discusiones de clase? ¿Quizás debiéramos preguntar a nuestros alumnos que nos hablen de sus modos preferidos para aprender, tipos de materiales, etc., para adaptarnos mejor a sus necesidades? ¿Y qué tal si procuráramos modificar los tipos de trabajos que les pedimos para acomodarnos a sus fortalezas y paliar en la medida de lo posible sus debilidades?, dado que no todos los aprendizajes se miden de la misma forma con todos los alumnos. ¿Y si nos planteáramos hacer que los alumnos profundizasen en su aprendizaje, corrigiesen sus errores, aclarasen sus dudas...? ¿Por qué no dejar que se expresaran personalmente?

Dar voz y capacidad de elección a los alumnos supone además considerar que éstos son diversos: con velocidades de aprendizaje distintas, con motivación e intereses también diferentes. Esto tiene una importancia primordial: es fundamental personalizar el aprendizaje y la estructura de las clases debería centrarse en la acción del alumno. Los alumnos deberían poder promover su propio aprendizaje.

Fomentemos un aprendizaje más profundo, flexible y creativo, de manera que el profesor se convierta en guía, mentor y consejero en el itinerario de cada alumno hacia el logro de sus metas. Promovamos el desarrollo en esas ‘personitas’ que tenemos delante: ¡en nuestros alumnos!, ¡en nuestros hijos!

Blanca Bru Roig

(Tarragona)