Hay paraguas de cine como el de Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia; o los de la tienda de Cherburgo, o el de Mary Poppins, que bajaba suavemente a la niñera desde el cielo, aunque Julie Andrews contó que por poco se mata en los ensayos al fallar el cable.
Los ingleses son los más asiduos al paraguas. De hecho la primera tienda exclusiva del mundo se abrió en 1830 en New Oxford Street… y permanece abierta. El Metro londinense recoge unos 80.000 paraguas perdidos cada año.
Hablo de esto después de leer la carta de un lector de La Vanguardia titulada «Cómo llevar el paraguas». Dice que los catalanes no sabemos, y en su condición de gallego enseña que al cruzarse con otro peatón, debe ladearse ligeramente a la derecha, para no sacarle un ojo.