Hubo un tiempo en que era frecuente que las amas de casa cantaran mientras trabajaban. Como las puertas y ventanas no cerraban tanto como hoy, la voz se oía en la escalera. Una de las que cantaban, y lo hacía muy bien, era la madre de Ramon Segú Chinchilla, según me relata una vecina de aquellos años.
Señal de que estaba contenta. Tenía una familia muy apreciada en Tarragona. Una muestra de este aprecio se dio en la presentación del libro editado por Arola Una història de Tarragona en imatges, a cargo de Jordi Piqué en el salón de actos del Ayuntamiento, más abarrotado que nunca.
Ramon Segú cedió a la ciudad su millonario archivo, del que este libro de Xavier Fernández es una buena muestra. El alcalde estaba satisfecho repasando, una a una, fotografías de la Tarragona de ayer y de hoy. Y el público disfrutaba, viendo desfilar las imágenes, como si escuchara una bella canción.