Cuando el viento era el dueño de la Tierra

19 mayo 2017 23:15 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:35
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Hubo un tiempo, como dijo alguien recientemente, que la Tierra era sólo del viento y el erectus y el sapiens cohabitaron, los erectus, ellas 90-60-90 y ellos metro-sexuales deslumbraron a los sapiens y desconocedores éstos del fin procreador del coito (aún creían que era el viento), copularon hasta la saciedad con los erectus.

Según la genética de Mendel, la unión de un guisante arrugado (sapiens) con uno liso (erectus), producen un arrugado (sapiens) y tres lisos (erectus). Esta progresión geométrica de los lisos llevó a afirmar a Baltasar Gracián, por el año 1640, cuando enseñaba teología en esta ciudad, en su ‘Oráculo manual y arte de la prudencia’ que todo el que parece tonto lo es, pero de los que no lo parecen la mitad también lo son.

La selección natural ‘Capacidad de adaptación’ definitoria de la inteligencia del sapiens, se vio truncada primero por el sapiens Pasteur y luego por otro sapiens Fleming que ganaron la partida a bacterias y virus, provocando un desmesurado aumento de los seguidores del viento, lo que llevó a afirmar a Antonio Machado, que de diez cabezas nueve embisten y una piensa. Observando la sociedad actual no me extraña el éxito de gimnasios y centros de cirugía estética (para mí, mejor sería llamarles ‘estética quirúrgica’), pues ellos pretenden alcanzar la metro-sexualidad y ellas los noventa-sesenta-noventa. No me extraña que la Tierra sea sólo del viento. Es broma.

Pablo Martín de Madariaga

(Tarragona)

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