Cuando ganan los malhechores

El Tribunal Superior de Justícia de Catalunya ratificó recientemente la sentencia de la Audiencia de Lleida por la que los padres de Nadia, una niña afectada de tricotiodistrofia, deberán devolver unos 64.000 euros de los 402.0000 con los que, según una sentencia de la sala leridana, se habían enriquecido utilizando la enfermedad de su hija como engaño. Francisco José Sanz González de Martos, más conocido como ‘Paco el de los 2.000 tumores’, solo tendrá al final que indemnizar a 20 de los miles de españoles a los que estafó con un timo cruel.

Así lo establece la sentencia que la semana pasada notificó la Audiencia Provincial de Madrid pese a que este valenciano de 50 años confesó que, de 2010 hasta 2017, simuló que necesitaba una fortuna para pagar en EEUU el tratamiento experimental que le libraría del supuesto cáncer que lo mataba, y que lo hizo dentro de un plan personal orquestado con el único fin de lucrarse y vivir muy bien a costa de los demás. De hecho, se apropió de 264.780 euros. Son dos timadores sin escrúpulos que han atentado contra las bases mismas de la solidaridad y generosidad humana. Y a los que el ‘negocio’ les ha salido excepcionalmente bien. Algo no funciona cuando los tribunales no pueden impartir justicia, cuando el malhechor, pese a haber sido pillado, sale ganando. ¡Qué indignación!