De Gaulle en el recuerdo

Para Andorra la vista del presidente Charles de Gaulle en 1967 fue histórica, y para este periodista estrechar su mano, algo inolvidable. ¿Cómo evitar la tentación de recordarle a los 80 años de su llamamiento por la BBC a la insurrección contra Hitler, y a los 50 (el 9 de noviembre) de su muerte en Colombey-les-deux-Églises?

Grandeza. También físicamente era grande. Ante sus visitas oficiales, a veces el anfitrión pedía al carpintero que alargara su cama. En la misa dominical sus pies asomaban por debajo del banco delantero.

Sobriedad. En el área privada del Eliseo hizo colocar un contador de luz para pagar de su bolsillo la que consumía, como todas las familias.

Malraux dijo de él con acierto: «Todo el mundo ha sido, es o será gaullista».