De las palabras y las imágenes. La campaña de Madrid... ¿no pasarán?

Las elecciones del 4-M. La candidata de Vox, Rocío Monasterio, hizo un favor a los partidos de la izquierda, hasta ese momento cabizbajos y entre lamentos de lo que parecía una irrefrenable victoria de la derecha

26 abril 2021 05:40 | Actualizado a 26 abril 2021 05:53
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Seguro que están hasta el gorro de escuchar y leer sobre cómo se desarrolla la campaña electoral que llevará el 4 de mayo a millones de madrileños a las urnas. Madrid tiene la fea manía de considerar que lo que pasa entre sus muros importa en sobremanera a todo ser viviente de la península; como por ejemplo si llueve o no, si las entradas a la ciudad están medio atascadas o atascadas del todo o si la boina de contaminación está a su nivel más peligroso o no. Es algo que cuando vivía en Tarragona o Barcelona me sacaba de quicio pensando en lo cretinos que eran esos seres que creyéndose el centro del universo nos aburrían con sus rutinas ajenas totalmente a nosotros.

Por eso entenderé si tras este primer párrafo querid@ lect@r me abandona al constatar que haciendo gala de ese centralismo orgánico les escribo sobre las elecciones.

Sin embargo permítanme asegurar que hay bastantes similitudes entre el Madrid de hoy y la Catalunya de los últimos años. Ambos territorios llevan la última legislatura padeciendo de una esclerosis cuando no parálisis de sus cámaras legislativas.

Tanto Torra como Ayuso han pasado su tiempo cada uno en su ‘guerra’ particular y según mi opinión de espaldas a una gran parte de los ciudadanos; Torra llevando hasta el agotamiento la política de los símbolos y gestos vacíos en su tozudez Puigdemontiana de seguir fundamentando sobre la retórica su proyecto de país.

Ayuso por su parte ha pasado de la candidez y sorpresa de encontrarse a si misma en el despacho de la Presidencia de la Comunidad por una carambola muy utilizada por la derecha (cómo habré llegado yo hasta aquí) a disfrutar con su nuevo rol de ‘martillo’ del Sanchismo y viendo como la dinámica le lleva de la mano hacia un posible liderazgo en el partido popular.

Todo en ambos casos de cara a la galería y con salidas de pata de banco y poca sustancia y desembocando en ambos casos en unas elecciones anticipadas (por diferentes motivos) que ya veremos donde nos llevan.

En Catalunya tras más de dos meses de las elecciones se sigue sin gobierno (en plena pandemia) y con un juego de rol o estrategia donde republicanos y posconvergentes parecen estar en su jugo disfrutando y dando «un pasito p’adelante María, un pasito p’atrás».

Y en Madrid a falta de una semana para acudir a las urnas lo que parecía un paseo militar de la derecha puede ser que no lo sea tanto.

El pasado Viernes la campaña estalló como una bomba de relojería que Vox había preparado improvisadamente poniendo en duda la veracidad de las amenazas recibidas por Iglesias, Grande Marlaska y María Gámez.

El debate de la SER sirvió como escenario de una enfrentamiento entre el candidato de Unidas Podemos Pablo Iglesias y la de Vox Rocío Monasterio que acabó con el abandono del primero de la mesa donde se debatían las ideas a al que se sumaron minutos después los candidatos del PSOE y Más Madrid, Ángel Gabilondo y Mónica García.

Este enfrentamiento que Abascal celebró con un «Rocío le ha cortado dos orejas y un moño a Iglesias» supuso la negativa de todos los partidos de la izquierda de seguir debatiendo con la candidata verde (por el logo no por la ideología).

Habrá que ver qué pasa el 4-M pero desde luego Monasterio creo que les hizo un favor a los partidos de la izquierda que andaban hasta ese momento cabizbajos y entre lamentos de lo que parecía una irrefrenable victoria de la derecha.

El aviso que venía cargado ya con el miserable cartel donde se señala a los menores no acompañados deja blanco sobre negro que estamos ante algo más que unas elecciones autonómicas.

El 4 de Mayo se juega el primer set de lo que va a suceder en la política nacional española en los próximos meses. Aunque no hay elecciones a la vista lo que está pasando socava el escenario democrático y afecta a los cimientos de la estabilidad institucional y refleja que el nivel de ruido y crispación de la política española está llegando a sus límites más peligrosos.

Da igual que eso no se corresponda con lo que pasa en las casas, las empresas, en las familias: su onda expansiva es sucia y persistente y acabará afectándonos a todos por mucho que nos hayamos intentado vacunar contra ella.

Ciudadanos (no Pablo sólo señor Gabilondo)… quedan siete días para evitar regalarle las instituciones autonómicas de Madrid a los fascistas y a quienes los utilizan como muleta.

Periodista. Javier Pons inició su carrera en Radio Reus. Ha sido director de ‘El Terrat’, director de TVEy CEO de Prisa Radio. Actualmente dirige la productora Globomedia (Mediapro).

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