La Amazonia, que comprende el río más caudaloso del mundo, de más de 6.000 kilómetros de largo y sus afluentes, con nueve países implicados de Sudamérica, está en peligro por el cambio climático y la deforestación irresponsable.
Francisco ha convocado para octubre un Sínodo de todos los obispos de la zona, en defensa de unos parajes que representan un 20 por ciento de la reserva mundial de agua dulce no congelada y un tercio de la reserva forestal primaria del universo.
Esta protección la ha minusvalorado el presidente Bolsonaro, de Brasil, hombre imprevisible. Recientemente suspendió una cita con el ministro francés de Asuntos Exteriores alegando problemas de agenda y después se supo que fue al peluquero. Se le ve afición a las tomaduras de pelo.