Del cementerio de Reus como espectáculo

Munta i Baixa. La apuesta política y el trabajo continuado han logrado poner en valor el patrimonio funerario y convertirlo en un activo cultural

13 octubre 2019 10:00 | Actualizado a 14 octubre 2019 09:40
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Los herederos de uno de los suntuosos panteones erigidos en el cementerio de Reus me contaron una curiosa historieta sobre la tumba de su familia, una de las más acaudaladas de la ciudad en aquellos tiempos, como proclamaba a los cuatro vientos su opulento monumento funerario. Tanto es así, que una de las figuras exteriores que lo decoraban incluía una gran pieza de plata maciza.

Al tratarse de renombrados industriales y comerciantes, al estallar la Guerra Civil temieron por sus vidas y sus bienes, y con razón. El cabeza de familia salvó el pellejo porque la revuelta militar le sorprendió de viaje en una ciudad que quedó en manos de los sublevados. Pero sus propiedades no escaparon de las iras revolucionarias. Inquietos porque el panteón funerario también pudiera ser objeto de pillaje, los familiares que quedaron en Reus pintaron a toda prisa la pieza de plata para que se confundiese con la piedra de las esculturas.

Cuando tuvimos esa conversación, habían pasado setenta años desde la guerra civil y los descendientes de la saga me comentaron en tono jocoso que la plata todavía sigue allí, camuflada por aquella pintura aplicada en 1936.

Es una de tantas historias que guarda el cementerio de Reus, que esta semana ha sido reconocido como uno de los mejores recintos funerarios de España en un concurso promovido por la revista Adiós. El galardón es meramente anecdótico, pero sirve para reconocer y recordar todo el trabajo realizado para poner en valor el camposanto reusense, desde que la concejal Empar Pont decidiese apostar por potenciarlo como uno más de los atractivos patrimoniales y culturales de la ciudad. La recuperación de la estatua del dios Cronos –popularmente, el Peret de la dalla– que corona la entrada y simboliza el carácter aconfesional del recinto, fue la primera declaracion de intenciones.

Desde entonces, las iniciativas y actividades emprendidas para poner al alcance de la ciudadanía toda su riqueza histórica y artística han logrado convertir el Cementiri General en un activo cultural bien vivo. Desde los puntos de señalización e interpretación de tumbas, personajes y hechos históricos, hasta la reciente rehabilitacion del mausoleo del general Prim –el excelente diseño y ubicación del nuevo espacio realza todo el esplendor del sárcofago e invita a visitarlo–, el camino recorrido por los sucesivos responsables de la sociedad municipal Serveis Funeraris Reus ha dado buenos frutos.

Las visitas nocturnas que se realizan alrededor de Tots Sants o los Concerts per al record –que ya suman cuatro ediciones– constituyen la otra vertiente de este proceso de difusión y promoción del patrimonio funerario. Precisamente, los próximos días 22, 23 y 24 de octubre se celebrará la décimoprimera edición de las citadas visitas nocturnas. La compañía La Gata Borda guiará el recorrido teatralizado.

La concepción del cementerio como espacio irradiador de oferta cultural y de ocio –como espectáculo, en definitiva– establece un sugestivo contraste respecto a su función primordial y a las circunstancias habituales por las que los ciudadanos lo visitan. Pero la muerte tiene también un componente de espectáculo. Las monumentales construcciones funerarias del cementerio de Reus, concebidas para ser exhibidas ante el vecindario permanente y los visitantes ocasionales, son el mejor ejemplo de ello.

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