Desde la anarquía a Podemos (3)

Durante la II República, Reus era la segunda capital de Catalunya

19 mayo 2017 18:57 | Actualizado a 21 mayo 2017 17:37
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Si la bandera roja y negra de los anarquistas se muestra con fuerza en Andalucía y sobre todo en Catalunya, donde es hegemónica en el movimiento obrero, ¿qué pasaba en Reus en aquellos años, no tan lejanos?... Recomiendo seguir el trabajo de investigación que Joan Novais y Frederic Samarra realizaron bajo el título de Tres banderes i una revolució, editado por el Centre de Lectura en 2001.

Reus era la segunda capital de Catalunya. Las condiciones de vida de sus trabajadores eran, como en el resto del país, extremadamente duras, aunque al llegar la II República la legislación comenzó a drenar los diques del capitalismo. Se habían pasado los años de la guerra de África, de la guerrilla urbana entre pistoleros de unos y otros.

La AIT se constituyó en nuestra ciudad en 1871, pero la ilegalidad en se movía la hace desaparecer once años después. Con lo que tomó auge la Federación local de la UGT Con todo, aparecieron periódicos anarquistas, como La Revancha en 1893 y La Alarma en 1901, el semanario La justicia social. Destacaron entonces los anarquistas locales Josep Llunas Pujals (tipógrafo), fundador del semanario La Teula al que siguió La Tramontana, y Joan Montseny (botero) creador de La Revista Blanca, Tierra y Libertad y La novela ideal, con su esposa Teresa Mañé.

La CNT se hace hegemónica en Cataluña a partir de los años 15 y en 1918 se celebra el Congreso de Sants que organizan Salvador Seguí (El Noi del Sucre) y Ángel Pestaña, con activa presencia de los anarquistas reusenses. La actividad huelguística y revolucionaria se dispara, y entre los años 1918 y 1923 hay 700 asesinatos políticos. En Reus, el primer atentado lo sufre el concejal Emili Aulés, industrial, que resultó ileso. Pero poco después sí fallecía el presidente de la Sindical Obrera, Antoni Capdevila i Tapiador. Más tarde el propio alcalde, Manuel Sardà.

En 1919 surge el semanario Fructidor, portavoz de la clase trabajadora y «defensor de los explotados del mundo», que señala como objetivo «hacer otra Humanidad que, socialista o llámese como se la llame, será dichosa y feliz». No lo alcanzará durante la dictadura del general Primo de Rivera, cuando la CNT es ilegalizada. Y en ese período, en 1927, en El Saler (Valencia) se funda la Federación Anarquista Ibérica (FAI). Era delegado por Reus Marian Roca i Munté.

Durante las prohibiciones, los obreros se reunían en los porches de la plaza del Mercadal, al salir del trabajo. Había unos 9,000 asalariados.

Llegó la II República y el 30 de mayo de 1931 se aprueban los estatutos del Sindicat Únic de Treballadors de Reus, con sede en la calle Bages, 24. En diciembre sale el semanario Redención, impreso en Reus. En enero del año 1933 hay una violenta huelga de ferrocarriles, en la que es protagonista el anarquista reusense Joan García Oliver, ‘liberado’ de la FAI.

La revuelta del 6 de octubre de 1934 no fue seguida por el anarquismo reusense, aunque, como todas las organizaciones de izquierdas, sufrió una dura represión (era el ‘bienio negro’). Cuando, en las elecciones del 16 de febrero de 1936 triunfa el Front d’Esquerres, los presos políticos salen de las cárceles y el alcalde de Reus, Josep Borràs i Masseger, es recibido triunfalmente en la estación del tren. Se reabre el Sindicat Únic reusense. Cuando ocurre la sublevación del 18 de julio de 1936, detenido enseguida el jefe de los sublevados en la ciudad, el sargento Jaume Guiu, se sofoca el alzamiento y ser producen los asaltos a los locales de los partidos de derechas y son fusiladas las dos primeras personas, Alfonso Navarro (carlista) y Fermín Cuervo (oficial del ejército).

El Dr. Salvador Vilaseca recuerda, angustiado, aquellos días: «veig passar pel carrer de Sant Joan els grups d’incendiaris. Criden. Tots parlen en castellà […] No n’hi ha ni un de sol que sigui de Reus, ni un». Son quemadas la iglesia de Sant Francesc, la capilla de la Sang, Misericòrdia, se asalta la Prioral de Sant Pere, donde se instala un mercado de verduras. Paradójicamente, dos cenetistas son fusilados en la plaza de los Cuarteles (actualmente de la Llibertat) por robar en un almacén colectivizado: Joan Solé y Joan Pons.

Son armadas las Milicias Antifascistas y van hacia Alcañiz y Solivella. Las Joventuts Llibertàries de Reus crean la Centúria Floreal, con 160 miembros, dirigidos por Llorenç Sender. El general Prim pierde la espada, mutilado por el dirigente del POUM Francesc Oliva. Los dirigentes anarquistas locales reaccionan ante la violencia desatada y en el Diari de Reus aparece un editorial de Solidaridad Obrera que desvincula a las organizaciones anarcosindicalistas de los sucesos violentos.Textualmente:«Queremos que todo el mundo sepa que la CNT y la FAI son enemigas y les repugna la sangre que se derrama sin la menor justificación y sin perseguir ningún fin revolucionario. Condenamos enérgicamente las escenas de terror que nos conducirían al caos» (pero los faístas seguían su sangriento objetivo).

Pero los hechos, la triste realidad de aquel verano de 1936, era que unos y otros, a un lado y al otro de las trincheras, mataban sin compasión alguna, muchas veces sin una pantomima de juicio. El terror, desgraciadamente, prevalecía sobre cualquier razón. Era la guerra civil en su estado más puro e infernal. Hace solo ochenta años.

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