Diciembre 2019: se inicia la desconexión ferroviaria de Tarragona, Salou y Cambrils

La pérdida de viajeros por ferrocarril está servida y lo podremos demostrar

13 octubre 2019 15:32 | Actualizado a 11 enero 2020 18:33
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La inminente puesta en marcha de la variante ferroviaria de Vandellòs, que pondrá fin al último tramo en vía única entre Barcelona y Valencia, tendrá graves efectos colaterales sobre las ciudades del Camp de Tarragona. La nueva vía doble enlazará con la línea de alta velocidad en Perafort, mientras que el enlace con la estación urbana de Tarragona, por donde circularán mercancías, regionales y Talgos, se realizará parcialmente en vía única.

Tarragona se convertirá en la única capital provincial donde los Euromed (Barcelona-València-Alacant) ni tendrán parada urbana ni conexión con Cercanías para enlazar con otras ciudades del entorno. 

Además está programado el desmantelamiento de la línea actual entre Vandellòs y Port Aventura, eliminando las estaciones céntricas de Salou y Cambrils, dos de las que más viajeros aportan al ferrocarril en la provincia de Tarragona y unas de las más importantes de España.

El Camp de Tarragona es un reino de taifas, donde cada Ayuntamiento se ha inventado un modelo ferroviario propio

Este modelo ferroviario solo tendrá tres beneficiarios, los operadores de autobuses, las inmobiliarias y los viajeros de paso. La pérdida de viajeros por ferrocarril y de conectividad ferroviaria interior del Camp de Tarragona está servida, y lo podremos demostrar con datos dentro de un año. 

Los movimientos ciudadanos hemos alertado de estos problemas desde hace décadas, obteniendo únicamente promesas irrealizables por parte de nuestros representantes institucionales. Han llegado a planificar cuatro estaciones de alta velocidad en un radio de 5 kilómetros (Perafort, Aeroport de Reus, Port Aventura y Tarragona) o construir un tranvía desde cero tras desmantelar la línea Vandellòs – Port Aventura en lugar de remodelarla e integrarla paulatinamente como estaba previsto. Y todo sin atajar el problema de fondo, nadie piensa en las personas usuarias, y mucho menos en las que no tienen coche.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

• El Camp de Tarragona es un reino de taifas, donde cada Ayuntamiento se ha inventado un modelo ferroviario propio, que la Generalitat ha integrado sin orden ni concierto en pactos políticos de corto recorrido. 

• Fomento y Generalitat no han ejercido sus competencias ferroviarias para proteger los intereses de los pasajeros del ferrocarril. El Ministerio de Fomento ignoró en 1998 la petición de Renfe para mantener la línea actual y la Generalitat ha renunciado a su proyecto de integración progresiva de la línea actual hacia el TramCamp, cediendo al desmantelamiento previo exigido por los alcaldes para hacer un tranvía «más adelante».

• Se parte de un desconocimiento profundo del comportamiento de la explotación ferroviaria y de la demanda, menospreciando aspectos tan sensibles como la conectividad e integración urbana de las estaciones o el mantenimiento de la demanda actual.

El próximo diciembre en Tarragona no veremos el Corredor Mediterráneo sino la desconexión ferroviaria de nuestras ciudades. Si quieren parar este desastre rectifiquen, ya saben lo que deberían hacer y no han hecho.
 

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