Sabíamos que Valencia, después de sus excesos, está en situación de crisis, pero no esperábamos tener dos muestras tan claras. Primero fue el ‘caloret’ de la alcaldesa Rita Barberá, que se quedó en blanco a mitad de un discurso. Después, el soponcio que le dio a Joan Baldoví, de Compromís, en plena intervención en la tribuna del Congreso, mientras Celia Villalobos jugaba al ‘Candy Crush’. Hay que decir que Baldoví acababa de citar a Bárcenas.
Los políticos no suelen decir cosas muy interesantes, pero salen de los apuros. Es costumbre hispánica que cierren todos los actos, trátese de una convención de bioquímicos o de una feria de ganado.
José María Pemán, que era buen orador, participaba en un almuerzo, y a los postres una señora le pidió: «Don José, díganos cuatro palabras, aunque sea una tontería», a lo que Pemán contestó: «Señora, para decir una tontería ya no me pongo».