Ayer se me quedó corto el espacio hablando de fútbol, que es de lo que se habla una vez pasados otros temas, como la fiebre compradora del Black Friday y el Día de la Constitución, en el que a tantos les entró ganas repentinas de trabajar.
Cristiano Ronaldo ya tiene su cuarto Balón de Oro, contra los cinco conseguidos por Leo Messi. No sé si algún día llegará a su récord, pero no podrá alcanzar su sencillez. Son muy distintos, aunque los dos acostumbran a hacer las cosas muy bien en el campo.
Lo de Sergio Ramos me ha interesado más porque es capaz de grandes aciertos, como sus goles de cabeza a partir del minuto 90, y de errores notables, pues he leído que en esta temporada ya ha cometido cuatro penaltis y visto seis amarillas.
Ha contado su secreto: de niño pasaba horas con su padre en la playa ensayando remates de cabeza. Sin duda le enseñó también a no darse por vencido.